martes, 24 de febrero de 2009

RELATOS DE ACTUALIDAD

Hace unos días, cayo en mis manos un relato escrito por Giovanni Papini ( Florencia 1881-1956), perteneciente a su libro “Gog”, publicado en 1931. El libro es una colección de relatos filosóficos escritos con un estilo brillante y satírico y es considerado por la crítica europea como su mejor obra.
El relato al que me refiero se llama “La compra de la República” y se me antoja de rabiosa actualidad, a pesar del tiempo transcurrido desde su creación. Cuando lo estaba leyendo se agolpaban en mi mente cuantiosas similitudes con el momento actual. A mi me sobran los comentarios. Me ha parecido interesante compartirlo con vosotros, mis amigos, y lo transcribo a continuación.

LA COMPRA DE LA REPUBLICA

Este mes he comprado una República. Capricho costoso y que no tendrá imitadores. Era un deseo que tenía desde hace mucho tiempo y he querido librarme de él. Me imaginaba que el ser dueño de un país daba más gusto. La ocasión era buena y el asunto quedó arreglado en pocos días. El presidente tenía el agua hasta el cuello; su ministerio, compuesto de clientes suyos, era un peligro. Las cajas de la República estaban vacías; imponer nuevos impuestos hubiera sido la señal del derrumbamiento de todo el clan que se hallaba en el poder, tal vez de una revolución. Había ya un general que armaba bandas irregulares y prometía cargos y empleos al primero que llegaba. Un agente americano que se hallaba en el lugar me avisó. El ministro de Hacienda corrió a Nueva York: en cuatro días nos pusimos de acuerdo. Anticipé algunos millones de dólares a la República y además asigné al presidente, a todos los ministros y a sus secretarios unos emolumentos dobles de aquellos que recibían del Estado.
Me han dado en garantía -sin que el pueblo lo sepa- las aduanas y los monopolios. Además, el Presidente y los ministros han firmado un convenio secreto, que me concede prácticamente el control sobre la vida de la República. Aunque yo parezca, cuando voy allí, un simple huésped de paso, soy, en realidad, el dueño casi absoluto del país. En estos días he tenido que dar una nueva subvención, bastante crecida, para la renovación del material del ejército y me ha asegurado, en cambio, nuevos privilegios.
El espectáculo, para mí, es bastante divertido. Las Cámaras continúan legislando, en apariencia libremente: los ciudadanos continúan imaginándose que la República es autónoma e independiente y que de su voluntad depende el curso de las cosas. No saben que todo cuanto se imaginan poseer -vida, bienes, derechos civiles- depende en última instancia de un extranjero desconocido para ellos, es decir, de mí.
Mañana puedo ordenar la clausura del Parlamento, la reforma de la Constitución, el aumento de las tarifas de aduanas, la expulsión de los inmigrados. Podría, si quisiera, revelar los acuerdos secretos de la camarilla ahora dominante y derribar así al gobierno, desde el Presidente al último secretario. Y no me sería imposible obligar al país que tengo bajo mi mano a declarar la guerra a una de las repúblicas colindantes.
Esta potencia oculta e ilimitada me ha hecho pasar algunas horas agradables. Sufrir todos los fastidios y la servidumbre de la comedia política es una fatiga bestial; pero ser el titiritero que detrás del telón puede solazarse tirando de los hilos de los fantoches obedientes a su movimiento, es una voluptuosidad única. Mi desprecio de los hombres encuentra un sabroso alimento y mil confirmaciones.
Yo no soy más que el rey incógnito de una pequeña República en desorden, pero la facilidad con que he conseguido dominarla y el evidente interés de todos los iniciados en conservar el secreto, me hace pensar que otras naciones, y tal vez más vastas e importantes que mi República, deciden, sin darse cuenta, bajo una dependencia análoga de soberanos extranjeros. Siendo necesario más dinero para su adquisición, se tratará, en vez de un solo dueño, como en mi caso, de un Trust, de un sindicato de negocios, de un grupo restringido de capitalistas o de banqueros.
Pero tengo fundadas sospechas de que otros países son gobernados por pequeños comités de reyes invisibles, conocidos solamente por sus hombres de confianza que continúan recitando con naturalidad el papel de jefes legítimos.

viernes, 20 de febrero de 2009

MANIPULACION INFORMATIVA.

Publica el diario El País en su edición escrita de hoy 20 de febrero de 2009, página 23, el siguiente titular: “PRISA aumenta el resultado bruto de explotación un 21,6 %” y añade a continuación en tipografía un poco mas pequeña: “El grupo supera por primera vez los 4.000 millones de ingresos”. Posteriormente desarrolla la Cuenta de Resultados de Prisa, facilitando los datos mas representativos.

La edición digital de El País en sus páginas de Economía, titula: “Prisa obtuvo un beneficio antes de impuestos de 948 millones”. En tipografía menor también, indica de forma destacada: “El EBITDA crece un 21,6 % en 2008”.

Algunos lectores somos curiosos e incluso entendemos y sabemos interpretar el contenido de una Cuenta de Resultados, sea de Prisa o de quien sea. Esa curiosidad me ha llevado a analizar los datos que publica El País en su página 23, es decir, los mismos que analiza su alborozado comentarista, y a mí me salen unas conclusiones bastante diferentes y mucho menos optimistas de las que publica El País.

Comencemos este análisis punto por punto:
1.- Las ventas (ingresos), aumentaron un 8,3 % sobre 2007, hasta llegar a 4.001,35 millones. de euros. Y el resultado bruto de explotación, eso que tan pomposamente llamamos EBITDA, fue de 948,34 millones. de euros, un 21,6 % mas que en 2007. Hasta aquí de acuerdo.

2.- Para conseguir estas cifras, Prisa se ha tenido que endeudar hasta las cejas, porque sus gastos financieros (ellos lo llaman resultado financiero) ha pasado de 195,26 millones. de euros en 2007 a 397,07 millones. de euros en 2008, es decir, un 103,4 % mas de gasto financiero. Para los que no entiendan el concepto, estos son los intereses y comisiones que Prisa ha debido pagar en 2008 a sus bancos acreedores, por los préstamos y créditos que le tienen concedido. Este incremento tan notable, parece reflejar un fuerte crecimiento de sus deudas bancarias. Indican que la deuda neta al cierre de 2008, incluyendo la deuda subordinada de Sogecable (estaría bueno que no se incluyera la deuda de la empresa del grupo que mas ingresos genera), es de 5.004 millones de euros (a mi se me antoja una pasada).

3.- Haciendo la cuenta de la vieja, los gastos financieros de Prisa le cuestan el 7,93 % de la deuda al cierre del ejercicio. Como me parece demasiado, a los tipos de interés vigentes, me da que pensar que esa cifra de deuda total encierra endeudamientos fuertes y recientes, es decir, cercanos al cierre de ejercicio. Cuestión que dejo a la libre interpretación del lector.

4.- Habla la noticia de una dotación de 164 millones. de euros para saneamiento de activos, que, o están identificados de manera diferente en el desarrollo de la Cuenta de Resultados, o no los veo por ninguna parte.

5.- Entre líneas y un tanto disfrazado en el tercer párrafo de la noticia, se oculta el dato mas importante de la Cuenta de Resultados de cualquier sociedad: el beneficio neto. Pues bien, el beneficio neto ha sido de 83 millones de euros, es decir, un 56,8 % menos que en 2007.

6.- Si las Ventas han aumentado un 8,4 % y los Beneficios netos han bajado un 56,8 %, es palpable que la gestión económica de los responsables de Prisa hace aguas por algún lado. Si vendo mas y gano menos, algo estoy haciendo mal, o algún “muerto” tengo en el armario de mi contabilidad. Y los muertos acaban por oler.

Ni sé lo que dice el tan cacareado “libro de estilo” de El País sobre cómo destacar las noticias, ni me importa. Tampoco sé la línea de deontología profesional que maneja este diario, el primer diario de España, el diario que alardea de independencia e imparcialidad, de credibilidad hacia sus lectores, que tanto lucha contra la manipulación, y no sé cuántas cosas mas. Si el Director de este periódico y el exdirector y Consejero Delegado tuvieran un poco de ética profesional, en su edición de mañana, darían cuenta de la manipulación de la noticia de los resultados del grupo Prisa. El titular de interés general, en la situación de crisis en que estamos metidos, no es que Prisa aumenta su Resultado bruto de explotación un 21,6 %, sino que, como también la crisis le afecta, en el pasado 2008, ha ganado solo 83 millones de euros, con un descenso de beneficio sobre el ejercicio anterior de un 56,8 %. Por otro lado, la cosa es de lo mas normal. ¿o es que Prisa se mantiene ajena a esta crisis y tiene la fórmula mágica para sacarnos de ella?.

miércoles, 4 de febrero de 2009

OBAMA, ¿EL EJEMPLO A SEGUIR?.

Parece ser que al Sr. Rodríguez Zapatero, el Sr. Obama le pone (políticamente hablando). Acabo de leer en la edición digital de El País (04.02.09 a las 17,43 h.) que Mr. Obama acaba de poner un tope a los sueldos de los directivos de las empresas americanas que reciban ayudas estatales: 500.000 dólares, es decir unos 390.000 euros. Mr. Obama, se está refiriendo a los altos ejecutivos de bancos y compañías de seguros.

Los Sres. Rodríguez Zapatero y Sebastián, acaban de reconvenir públicamente a los máximos ejecutivos de Bancos y Cajas por no abrir el grifo de los créditos. Incluso el Sr. Sebastián ha dicho “que la paciencia del Gobierno se está acabando” con estas Entidades. Aunque Pepe Blanco ya ha templado gaitas.

A mí me gustaría que mis gobernantes, esos a los que pagamos entre todos para que nos gobiernen, me dijeran claramente si van a tomar alguna medida similar con los ejecutivos de nuestros Bancos y Cajas a los que sea necesario inyectar ayudas estatales. Y también me gustaría conocer y que se le diera la máxima publicidad, la cuantía de esas ayudas y sus destinatarios.

Señores gobernantes: en toda tierra de garbanzos, el movimiento se demuestra andando. Ustedes me dan la sensación de que están lisiados, tanto física como mentalmente. Si tanta admiración les provoca el Sr. Obama, y creo que es bueno, sigan su ejemplo y cojan el toro por los cuernos. No hace ni un mes que juró su cargo y ya está andando. Otros llevan en el cargo casi cinco años y, después de analizar “concienzudamente” si esto que tenemos encima era una crisis o una nubecilla pasajera (galgos o podencos), todavía no tienen pensamiento de levantarse del sillón, salvo para ir de mitin. Debe de ser mucho mas urgente guardar el sillón propio y el de los amiguetes, que tomar decisiones tendentes a resolver el problema de mas de 3,3 millones de personas inscritas en el INEM.

Pero miro hacia el tendido de enfrente, donde se sientan los otros y veo una actitud hacia el movimiento del mismo tenor que la de sus oponentes. Es que hay elecciones y eso es, ¡joder!, fundamental. Lo del paro y lo de la crisis le toca resolverlo a los otros. ¡No haber ganado las elecciones!. Eso sí, mi escaño, sea en el Congreso, en el Senado, en los distintos Parlamentos autonómicos o en los Ayuntamientos, ¡ni tocarlo!. Y yo me sigo preguntando ¿para qué coño están? ¿para mirarnos a los ciudadanos/contribuyentes (no olvidar el apellido) cómo vamos a sobrevivir?.

Finalmente, y esto es lo más lamentable, ¿qué hacen esos valedores de los trabajadores, que en tiempos de Nicolás Redondo y Marcelino Camacho se llamaban Sindicatos, y que hoy no se sabe ni qué son, ni para qué están?.

¡Señor, Señor!, líbranos cuanto antes de tanto inútil que come a nuestra costa. O al menos haz un milagro e ilumínalos para que aprendan a moverse como lo hace Obama.

lunes, 2 de febrero de 2009

El Peliculón

Me ha llegado la noticia de que Pedro Almodóvar está sopesando la idea de hacer una película de enredo e intriga sobre el guión que están escribiendo en las últimas semanas los políticos de la Comunidad de Madrid. Me han asegurado que parodiando el primer largometraje que estrenó en 1980, ya tiene el título elegido: “Espe, Blesa, Gallardón y otros chicos del montón”.

Bromas aparte, lo que está pasando en la Comunidad de Madrid, es muy fuerte. Los residentes en esta Comunidad Autónoma, como no tenemos ese sentido identitario que poseen catalanes, gallegos, vascos o andaluces, por mencionar algunos ejemplos, no tenemos problemas de “nacionalismos”. Aquí tenemos otro tipo de problemas.

Desde que en el siglo XVI Felipe II traslada la Corte a Madrid, esta ciudad (junto con Sevilla) se convierte en el paraíso de arribistas, facinerosos, chulos, sablistas y demás fauna que acude aquí a vivir a expensas de los nobles y poderosos. La Monarquía dio paso a dos Repúblicas, vivimos una larga Dictadura y finalmente recibimos esperanzados a la Democracia. Y así nos encontramos ahora: “Esperanzados”, que es una especie de embarazo político, de larga duración. Esta Esperanza nos ha hecho perder la Fe en nuestros dirigentes y no nos va a librar de ella ni la Caridad. Las virtudes teologales hechas añicos.

El elenco de personajes que están actuando en el circo en que han convertido a Madrid, no tiene desperdicio. Espe, la chica de la película, liberal confesa (pero no contrita), está demostrando que, le gusta el ajedrez. Ahora tiene abiertas unas cuantas partidas simultáneas. En Cajamadrid, con todos los alfiles y peones revueltos en ese tablero y algunos caballos dando coces. Con Gallardón, un jugador difícil que también sabe mover sus torres y caballos. Y la más importante, con Rajoy, el rey en jaque contínuo, a la espera del movimiento falso que provoque el jaque mate.

Lo triste del caso es que no se trata de un juego. Estamos ante una lucha hasta el final para conseguir, única y exclusivamente, objetivos personales. No importa el precio que paguen los ciudadanos contribuyentes. No importa el deterioro de las Instituciones. Importa solamente conservar el poder y machacar al enemigo. Ya no hay rival.

domingo, 1 de febrero de 2009

LAS PREVISIONES

Este invierno que nos está tocando vivir, un invierno de los de antes, está poniendo de moda entre nuestros políticos algo nuevo: las previsiones. Claro está las previsiones de otros. Las de los meteorólogos, que no aciertan nunca. Hay que tener morro y desfachatez a espuertas para decir esto.

Los meteorólogos, aunque nuestros políticos no lo comprendan, son personas inteligentes que, con métodos científicos, son capaces de predecir con bastante exactitud el tiempo que va a hacer. Y lo dicen y avisan con suficiente antelación para que nuestros ineptos ministros y ministras, presidentes y presidentas de Comunidades Autónomas, tomen las medidas necesarias para que los ciudadanos/contribuyentes (no olvidar nunca esta característica), sufran las inclemencias del tiempo con las menores molestias. Pues no. La culpa de los problemas de tráfico, los problemas de los aeropuertos, la ausencia de quitanieves, la falta de precauciones por vientos o lluvias, no la tienen nuestros ínclitos políticos. La tienen los de las previsiones. Manda huevos.

Si hablamos de otras previsiones, éstas hechas por los políticos hace uno o dos años (incluso menos), sobre el futuro de nuestra situación económica, ya no podemos hablar de desfachatez; tenemos que hablar de mentiras, intereses espurios y desprecio total por los ciudadanos. Meto en el mismo cesto a todos los políticos, a los que gobiernan hoy, y a los que gobernaron ayer, sean del partido que sean. El interés que les mueve es el mismo. El desprecio por el ciudadano y su problemática es total. La ignorancia demostrada y la sumisión a los lobbys financieros son palpables. Los argumentos que esgrimen para su justificación son vergonzosos.

Las soluciones aportadas por unos, los que gobiernan, y la ausencia de propuestas de los otros, los aspirantes, son tristemente equiparables por su ineficacia. Lo único cierto es la situación crítica que vivimos: 14 % de paro y creciendo, falta de crédito a las empresas y a los particulares, recesión y muy posible deflación. Ese país que competía en la primera división europea (Zapatero dixit, y nadie le “contradixit”), es el que peor lo tiene de todos los que compartimos el euro como moneda y podemos estar amenazados hasta de tener que abandonar este club.

Estos son los resultados de aquellas alegres previsiones políticas en que se combinaban la especulación del suelo, los trapicheos de los ayuntamientos, la permisividad de la especulación inmobiliaria y, en fin, la necesaria colaboración de unos bancos y cajas que, olvidando voluntariamente las mas elementales reglas de la prudencia financiera, han financiado operaciones aberrantes de sobra conocidas por todos nosotros. Todo ello con las bendiciones de esos políticos que hoy dicen que van a leerles la cartilla.

La culpa es de la economía, que debe de ser una señora que anda suelta por ahí y que les ha puesto los cuernos a los políticos con otra señora que ha llegado de repente y que se llama crisis. O a lo mejor es de los meteorólogos. ¡No me jodan!.

Hace poco he leído en “La elegancia del erizo” la siguiente frase: “Los que saben hacer las cosas, las hacen; los que no saben, enseñan a hacerlas; los que no saben enseñar, enseñan a los que enseñan y los que no saben enseñar a los que enseñan, se meten en política”. ¡Qué cruz!.