jueves, 5 de noviembre de 2009

La ropa sucia y el zapato plano

El olor a ropa sucia es desagradable. El cesto de la ropa sucia tiene que estar bien cerrado para que no huela. Pero cuando ese cesto ya tiene mucha ropa, hay que lavarla. No podemos demorar el lavado, porque el olor llegaría a todos los rincones de la casa.


A veces, cuando el olor de la ropa sucia es tan fuerte, en vez de lavarla la madre, que sabe cómo se hace, cuándo se hace, dónde se tiende y que controla perfectamente todo el proceso, aparece un hijo inquieto harto del olor y, sin pensárselo dos veces, se la lleva a una lavandería y hace la tarea. Todo ello sin el permiso de la celosa ama de casa, que tiene para sí esta delicada tarea.

Cuando el ama de casa se entera de que el cesto de la ropa sucia está vacío, y de que un hijo suyo la ha lavado en una lavandería, va de lavandería en lavandería, toda ofendida, poniendo al hijo a parir. ¿Quién es él para sacar de casa la ropa sucia?. ¡La ropa sucia se lava en casa!. El hijo díscolo aduce que el olor era ya nauseabundo y que lo mejor para el orden de la casa, era lavarla cuanto antes y que como ella, responsable de esta tarea no lo hacía, se decidió a hacerlo de la mejor forma que supo: en la lavandería. El problema para el hijo es que ni consultó a su madre, ni a su padre, que, aunque pinta poco en casa, se ha visto enredado en este altercado entre madre e hijo.

La madre sigue haciendo su vida normal, pero el hecho ha transcendido en el barrio. Y las vecindonas, cotillas a más no poder, no paran de preguntarle por el castigo que le va a imponer al descastado de hijo que tiene. Y ella, más ofendida todavía, les dice con desprecio y displicencia que “ya saben Vds. que con zapato plano no hago declaraciones“.

lunes, 2 de noviembre de 2009

A VUELTAS CON LAS CAJAS DE AHORRO

Publicaba El País, el sábado 31 de octubre, un artículo firmado por Ignacio Barrón, sobre los efectos de la politización de las Cajas de Ahorro. Dos profesores de la London School of Economics, los señores Cuñat y Garicano, han llegado a la conclusión de que “tener presidentes que han sido políticos, sin experiencia profesional y sin estudios de posgrado, perjudica la gestión”. Al parecer, y según estos señores, existe una correlación entre tener un master, un doctorado o estudios de posgrado y ser un buen gestor de cajas de ahorro. También es importante tener experiencia en bancos.


Pues me van a disculpar los señores Cuñat y Garicano, pero en mi modesta opinión, la cosa no va tanto por ahí como por otros derroteros. Por mucho master, mucho doctorado y experiencia bancaria que tenga un presidente ejecutivo de una caja de ahorros, como le falte algo esencial, es decir, capacidad de dirección, independencia y libertad de acción, no conseguiremos nada positivo para la caja y sus clientes. El grave problema que tienen hoy bastantes cajas de ahorros, es el de la sumisión de los presidentes ejecutivos a la “mano que les da de comer”.

Cuando el nivel de politización de las cajas de ahorros era menor, es decir, cuando solo había una ley de cajas de ahorros, y no diecisiete como hay ahora, los directivos de aquellas cajas (quizás sin masteres) llevaron a estas entidades a un nivel de desarrollo e importancia en el sector financiero español, que preocupó a la banca. Las cajas pasaron de controlar la tercera parte del sector, a controlar la mitad del negocio financiero español.

Es entonces cuando los reyes y reinas de taifas de las distintas autonomías descubrieron que podían meter mano en estas Instituciones, simplemente legislando según sus intereses personales. La última prueba se da en la Comunidad de Madrid, cuando Dª Espe decidió hace poco (junio 2009), una modificación que le permitiera un mejor control de Caja Madrid. A partir de aquí se produce la batalla por la presidencia de esta caja, que todos conocemos. Pero antes de ésta, hubo otra batalla por la presidencia de Caja Madrid, de la que resultó vencedor José María Aznar y su valido Miguel Blesa. También tuvo su aquél y merece la pena recordarlo.

El actual presidente, es un amigo de Aznar, Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada e Inspector Financiero y Tributario del Estado (Inspector de Hacienda) y lleva doce años en el cargo. Era miembro del Consejo de Administración de Caja Madrid, y para llegar a la presidencia ejecutiva se sirvió de una “pinza antinatura” formada por el PP. y CC.OO. que sacó de la presidencia a Jaime Terceiro, anterior presidente. Por cierto, Jaime Terceiro es Doctor Ingeniero Aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid con premio extraordinario, y Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid con premio extraordinario. Además es catedrático de Análisis Económico de la Universidad Complutense de Madrid desde 1980. Desde 1988 a 1997 fue presidente ejecutivo de Caja Madrid. Algo de formación tenía el señor, ¿verdad?. Pues bien, en 1997, aunque contaba con el beneplácito de Alberto Ruiz Gallardón, entonces Presidente de la Comunidad de Madrid, al Sr. Aznar le gustaba más Blesa, con quien había compartido destino en la Delegación de Hacienda de Logroño. Y san se jodió. Gallardón se la envainó y Blesa salió adelante.

En esta historia el PP quería poner a uno de los suyos en la presidencia y quitar a Terceiro, que en su origen estuvo propuesto por Joaquín Leguina (PSOE). La batalla actual es más inaudita y sangrienta. Esperanza Aguirre (PP), lucha contra Gallardón (PP) y contra Rajoy (el jefe del PP) por colocar a su chico: Ignacio González. Es infumable.

Pero bueno, acabo de leer, y de escuchar por la tele que Dª Espe ha decidido que apoya en este sarao a D. Rodrigo Rato, compañero de clase de su marido en los jesuitas. Desde aquí mi agradecimiento a Dª Esperanza. El Sr. Rato (al margen de lo de los jesuitas), es Licenciado en Derecho, Doctor en Economía Política y Master en Administración de Empresas por la Universidad de Berkeley. Incluso ha sido Director de FMI. A mí se me antoja que por preparación técnica para dirigir Caja Madrid, supera al chico de la Espe.

Eso sí, Esperanza ha dicho muy seria ella, que su chico (Ignacio González) como es muy leal y muy servicial, ha decidido “retirarse” de la carrera por la presidencia de Caja Madrid. Gracias Esperanza. Gracias Ignacio. Quizás Rato no lo haga todo lo bien que esperamos y deseamos los ciudadanos, los contribuyentes y los clientes. Pero de lo que estoy totalmente seguro, es de que el Sr. González (D. Ignacio), lo único que haría bien es lo que sabe y ha demostrado largamente: ser leal y servicial. Y esto a Caja Madrid no le hace ni puñetera falta.

Como se puede ver, la legislación que permite estos chanchullos, nada tiene que ver con la preparación técnica de los directivos de las Cajas de Ahorros. Ese es el problema: la Ley. O las diecisiete leyes de las distintas Comunidades Autónomas. Mientras tanto, como siempre, los ciudadanos, los contribuyentes y, en este caso además, los clientes de las cajas, soportando el mamoneo de políticos cuyo único fin es el beneficio personal. Al ciudadano, al contribuyente y al cliente, que les den.

Desde este pequeño y nada influyente foro, exijo a nuestros políticos que modifiquen la ley de cajas de ahorros y que salgan de ellas (a poder ser con las manos vacías). Los millones de clientes y los miles de empleados, que dependen de la acertada gestión de los ejecutivos de las cajas, tienen el derecho a pedir con todas sus fuerzas que dejen de utilizar a su antojo estas entidades que, además, son fundamentales en el sistema financiero español.