jueves, 30 de diciembre de 2010

4.350.069,34 euros


Ni me ha tocado la Lotería, ni he heredado de ningún tío de América, ni he soñado con esa cantidad de dinero. Tan solo he tenido la curiosidad de enterarme de cuánto podría costar a los contribuyentes, la construcción de 8,02 kilómetros de “Carril Bici”. Pues bien, el kilómetro nos sale a 542.402,65 euros. No está mal.

Tengo la costumbre, desde hace unos diez años, de caminar alrededor de 6 kilómetros casi todos los días. Salgo desde mi casa en Majadahonda, frente al Mc. Donald’s de la Av. de España, y hago un recorrido de unos 3 kilómetros hasta adentrarme unos quinientos metros en el término municipal de Pozuelo de Alarcón. Utilizo para mis caminatas las aceras peatonales hasta donde las hay, y luego prosigo por un “carril bici” (no señalizado como tal), que mi Ayuntamiento construyó hace más de diez años y cuyo estado de deterioro constato cada mañana. Suelo hacer mi caminata entre las 9 y las 11 de la mañana, y vengo a tardar unos 80 minutos. En este diario quehacer, puedo ofrecer una estadística “ojimétrica” que refleja que me cruzo, los días laborables, con unas seis bicicletas (entre ida y vuelta) y los fines de semana, la cifra no alcanza, ni en los días de mayor afluencia, la cifra de veinte. Desconozco los datos estadísticos que maneje mi Ayuntamiento sobre la utilización de este “carril bici”.

Durante una buena parte de este año que ahora finaliza, he contemplado, tanto delante de mi casa, como en otras partes del casco urbano de mi ciudad, una obra que parece interminable y que ha resultado ser la construcción de otros 8,02 kilómetros de carril bici. Movido por esa curiosidad de la que hablaba al principio, tuve la ocurrencia de solicitar información sobre esta obra a mis representantes en el Ayuntamiento de Majadahonda. De este modo, el pasado 22 de noviembre, envío un e-mail a un edil del PSOE, el 29 de noviembre otro e-mail a otro edil de IU y finalmente el 1 de diciembre un tercer e-mail al concejal de Atención al Ciudadano. Como quiera que a fecha 19 de diciembre nadie me había contestado, insistí en mi demanda. Curiosamente el día 20 de diciembre me contestan los tres. Los concejales de IU y PSOE, me dieron alguna información sobre el coste de esta obra, aunque ninguna de ellas se correspondía con la cantidad que encabeza este artículo. El concejal de Atención al Ciudadano, simplemente le pasa la bola al de Urbanismo y cuando éste le conteste, me contestará a mí.

Ayer por la mañana paseaba por delante del Ayuntamiento y me he acordado de la historia del carril bici y he decidido preguntar “in situ”. Pues bien, un amable funcionario municipal me ha facilitado, para que yo mismo los consultara, dos tochos de documentación en los que debe de recogerse todo lo relativo al dichoso carril bici. He tomado las notas que me han parecido oportunas y ni me han solicitado mi identificación personal ni me han preguntado si soy vecino de este pueblo. Llama la atención lo fácil que ha sido para mí conseguir esos datos que comencé a pedir el 22 de noviembre y lo complicado que es para personas que desarrollan su trabajo en la planta inferior del mismo edificio. Por cierto, trabajo que dicen desarrollar al servicio de los ciudadanos. (¿?).

Otro detalle muy curioso, es que todos mis informantes me han recalcado que esta obra se realiza, no con cargo al Ayuntamiento de Majadahonda, sino con cargo al Plan Prisma 2008/2011 de la Comunidad de Madrid. Y yo me pregunto ¿es que la Comunidad de Madrid se nutre de los recursos financieros de algún “anónimo benefactor”, que en un extraño arranque de solidaridad, regala a Dª Esperanza para estos fines tan urgentes y necesarios?. ¿O simplemente se financia con el importe de la casilla 699 de mi Declaración de Renta?. ¿Piensan mis representantes que los ciudadanos somos lelos?.

No puedo dejar de mencionar algo que me ha llamado la atención en la rapidísima ojeada a los mamotretos de este proyecto. En uno de los miles de apartados del proyecto se definen las “Funciones de las vías ciclistas”. Son éstas:
1.- “Conectar todos los barrios entre sí”.
2.- “Facilitar el acceso a los generadores principales de desplazamientos”.
3.- “Enlazar con los municipios limítrofes”.

Y todo esto por la módica cifra de 4.350.069,34 euros. Como estamos en época de “vacas gordas” y a las Administraciones (y a los ciudadanos) les sobra el dinero, pues ¡hala!, a invertir en algo tan necesario y productivo para el pueblo de Majadahonda, como es la ampliación de un carril bici. Pronto espero ver a la ciudadanía de este pueblo abandonar el prestigioso 4x4 y contemplar a sus usuarios acudir al gimnasio, al campo de golf, a su trabajo, al mercadillo, o simplemente a su centro comercial, pedaleando en sus flamantes bicicletas y rentabilizando a tope esta maravillosa obra. Es entonces cuando tendré que cerrar mi bocaza y pedir perdón a mis representantes municipales por mi poca fe en el avance ecológico de los medios de locomoción de esta ciudad y por mi crítica a unas inversiones inútiles que “facilitaran el acceso a los generadores principales de desplazamientos”.

lunes, 15 de noviembre de 2010

ESTO SI QUE ES MORRO


Hace unos días saltó la polémica por unas declaraciones del Alcalde de Valladolid, en alusión a la nueva ministra Leire Pajín. Se hablaba de “morros”.
Esta mañana, en la apertura del X Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid, Dª Esperanza Aguirre ha soltado unas cuantas “perlas” que contradicen su anterior y reciente actuación en Caja de Madrid.
1.- "Hay que abrazar la ortodoxia financiera para sanear y reconstruir la economía". Esta frase la ha lanzado, después de criticar a los reguladores y supervisores, como el Banco de España o el Banco Central Europeo.
2.- “Quienes niegan las leyes de la Economía o quienes piensan que se pueden abolir o se pueden modificar por votación, como se deroga o se modifica una ley en las Cortes, no quieren darse cuenta de que en el fondo lo que están diciendo es que la escasez puede abolirse por decreto o que vivimos en un mundo en el que la abundancia es ilimitada”. “Es un error como abolir la ley de la gravedad por decreto o que la escasez pueda eliminarse por decreto”.
Dª Esperanza tiene un morro que se lo pisa, y no me estoy refiriendo precisamente a sus facciones. Además debe pensar que el resto de los ciudadanos no nos enteramos de la misa la media; y quizás en esto tenga razón. Porque si los ciudadanos reflexionáramos un poco y simplemente recordáramos sus maniobras rastreras para controlar Caja de Madrid, no hace siquiera un año, seguramente compartirían conmigo eso del “morro que se lo pisa”.
Dª Esperanza critica al Banco de España, que le paró los pies con lo de Caja Madrid y predica una teoría económica ultraliberal, considerando que las llamadas “leyes del mercado” son inamovibles como la ley de la gravedad, dice ella. Pero a la hora de “dar trigo”, Dª Esperanza solo ve el trigo que ella pueda manejar; el trigo que le pueda mantener en su puesto. Concretamente en Caja de Madrid, Dª Esperanza quiso colocar al inútil de Ignacio González para tener asegurado el manejo de esta caja de ahorros. Aquí no había “ortodoxia financiera” que valga, ni “ley de Economía” a abolir. Le recuerdo a Dª Esperanza (… esa memoria …) que fue ella, al puro estilo Hugo Chávez, la que modificó la Ley de Cajas de la Comunidad de Madrid (junio 2009) a su medida, para chanchullear. Al final le salió mal y fue el Sr. Rato el encargado de dirigir esta caja de ahorros.
Dª Esperanza, me dan miedo sus abrazos a la ortodoxia financiera. ¿Quizás se refiere Vd. a esa ortodoxia ultraliberal que, después de engañar a todo el mundo, exige a los poderes públicos (con los impuestos de los ciudadanos) inyecciones de dólares o de euros para no quebrar y evitar que el mal sea mayor?. Dª Espe (y perdone el diminutivo), ¿no le parece un poco fuerte que esa doctrina que Vd. abandera ignore que en este mundo, desde que el “austrolopithecus” evolucionó hacia lo que hoy somos Vd. y yo (sí; también Vd. viene de ahí), se han producido en los últimos siglos alguna que otra revolución tendente a mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos?. ¿Ha pensado que lo que Vd. y sus amigos del “Tea Party” propugnan no tiene nada que ver con esas supuestas leyes económicas a las que Vd. alude y que no son tales leyes, sino horcas caudinas que utilizan los ricos para que los pobres pasen debajo de ellas?.
Por favor, le pido un poco de reflexión, si es que su prepotencia se lo permite, y solamente sea coherente con lo que dice. No sea tramposa. Hoy por la mañana dice blanco y actúa como negro. Pero eso no es óbice para que mañana le convenga más predicar negro y actuar en blanco. Tampoco podemos olvidar que toda esa actividad ideológica tan fluida, seguramente estará aderezada con alguna que otra ración de “pésame Señor” tan frecuente entre las gentes con las que convive y negocia permanentemente. Está claro: los negocios bendecidos suelen tener algún tipo de bula, sea papal o no papal, que los hacen más decentes.



miércoles, 3 de noviembre de 2010

UNIVERSITAS, MASTER, BUSINESS



En estos tiempos es bastante corriente que alguien nos comente que su hijo, el hijo de un amigo o simplemente un conocido, está haciendo un “Máster”. Parece ser la panacea que resuelva todos los futuros problemas de empleo con los que se va a encontrar un licenciado, recién finalizada su carrera universitaria.
Pero ¿qué es de verdad eso de un “Máster”?. En mi opinión, es un negocio colateral y muy boyante, que han montado las Universidades, tanto me da que sean públicas o privadas, en colaboración con una serie de empresas y organismos, con el reclamo de conseguir para los participantes un empleo con mayor facilidad. En ese negocio participan activamente un elevado número de profesores de la universidad promotora del máster y una serie de colaboradores externos, que se supone tienen la formación adecuada para impartir los temas propios de la especialidad de que se trate. Claro está, todos cobran por sus colaboraciones, como no podía ser de otra manera.
La Universidad (la “Universitas”), esa institución en la que antes, además de recibir las enseñanzas propias de la carrera de que se tratase, los estudiantes aprendíamos a ser críticos, a cuestionar y polemizar sobre los más diversos temas, han pasado hoy a ser otra cosa. Creo que se gestionan no con criterios académicos, sino dando un peso muy fuerte a los criterios económicos. Y claro está, estos criterios obligan a rentabilizar estas instituciones. Y aparecen cientos de “Másteres” de lo más diverso. Por ejemplo, una prestigiosa universidad de Madrid, ofrece desde un máster en “Comunicación de Moda y Belleza Vogue”, a otro de “Ingeniería Matemática”; o un tercero de “Gestión y análisis de Políticas Públicas”. Todo ello dentro de una oferta de más de 75 másteres diferentes.
Entre la oferta que esa universidad publicita a través de su web, podemos ver que el coste de un máster de un curso académico de duración (octubre a junio), va desde 7.300 euros hasta 12.000 euros; o uno intermedio de 9.000 euros.
Cuando finaliza el alumno su máster, es frecuente que realice unas prácticas en diferentes empresas, que se dicen “colaboradoras”, en las que desarrolle los conocimientos adquiridos. Y aquí viene la segunda parte del “Business”: es bastante normal que esas prácticas sean “by the face”, es decir, sin remuneración alguna por parte de las empresas “colaboradoras”, que acogen en su seno a estos alumnos “masterizados”, a los que explotan laboralmente hablando. Puede ser muy duro el término explotación, pero en mi opinión, explotar a un trabajador es no pagarle por su trabajo. Y esta práctica está extendida y consentida por las Universidades (que conocen perfectamente el tema) y por los poderes públicos que miran hacia otro lado.
Es indudable que nuestra sociedad está sufriendo unas profundas transformaciones. Con frecuencia nos quejamos de la pérdida de valores humanísticos en favor de una prevalencia del status social y económico: “tanto tienes, tanto vales”. A mí me parece lamentable que sea la Universidad, esa institución humanística por excelencia, un activo colaborador en esa carrera por la pérdida de valores.

miércoles, 20 de octubre de 2010

SIN VERGÜENZA



Dice el Diccionario de la RAE que vergüenza es (en su segunda acepción): “pundonor, estimación de la propia honra”. A mí se me antoja que vivimos un momento en el que es frecuente que, sobre todo aquéllos que tienen algún tipo de representatividad social, abdiquen de esta cualidad. Los ejemplos proliferan casi a diario. Esta circunstancia nos lleva a convivir cada vez con más “sin vergüenza”. Vamos, sin tanto remilgo como el que estoy utilizando: a convivir con más sinvergüenzas. Y ahora sí le quiero dar al término toda la carga peyorativa que tiene.
Sin ir más lejos, hoy hemos conocido a través de los diferentes medios de información que el Sr. Díaz Ferrán ha decidido (dice que libremente) no presentarse a su reelección como presidente de la CEOE en las próximas elecciones que él mismo ha convocado para el próximo 21 de diciembre.
El personaje, podría ser uno de tantos modelos de “Sin Vergüenza” que pululan en el panorama social español. De entrada, a mí no me entra en la cabeza (debo ser corto de entendederas), que un fulano que tenía una aerolínea: Air Comet, una aseguradora: Seguros Mercurio y el holding de agencias de viaje: Marsans, Crisol, … , las haya llevado a la quiebra, dejando en la calle a más de 1.500 trabajadores, y sin haber puesto un euro de su patrimonio personal para cubrir el fraudulento desaguisado, haya sido mantenido por sus colegas en el cargo, más de un año después del primer pufo. Un tío que nos sorprende ahora con su lema de “que de la crisis se sale trabajando más y ganando menos” (como diría mi madre: “consejos vendo y para mí no tengo”). Alguien que se ha aprovechado de todo lo que ha estado a su alcance, como por ejemplo de su posición de consejero de Caja Madrid para conseguir ventajosos créditos que finalmente no sé si habrá pagado. Este personaje, por no continuar con más pistas, es un ejemplo. Tiene todas las papeletas como para ser elegido por votación popular el “Sin Vergüenza 2.010”, aunque tiene un buen número de contrincantes y algunos con un perfil tan “adecuado” como el suyo.
Pero sigamos pensando y mirando a nuestro alrededor. El paisaje se me torna desolador. Ya sea en el mundo empresarial o en el político, yo veo sinvergüenzas a cascaporro. Quizás por la edad se me está deteriorando la vista.
En mi opinión, hemos desembocado en una sociedad sin pudor. Los principios éticos y las escalas de valores, cotizan a la baja. Es necesario un giro total y absoluto hacia un modelo regenerativo. Es necesario acabar con estos sinvergüenzas que nos infectan socialmente. Estoy convencido de que es posible, pero hay que actuar; no estar pasivos. Si nos mostramos en la tradicional comodidad que nos caracteriza: “para qué voy a protestar o a quejarme si esto no tiene arreglo”, estaremos propiciando la llegada de nuevos sinvergüenzas. Eso sí, luego nos quejaremos y se nos irá la fuerza por la boca, cuando tengamos la oportuna audiencia de perezosos como nosotros.

martes, 28 de septiembre de 2010

PARIS, 23 de septiembre de 2010.

El pasado 22 de septiembre llegábamos mi mujer y yo a París. Una vez más, cumplíamos con nuestra costumbre de visitar París cada dos años; éste tocaba. Pero también tocaba huelga general para el día siguiente y ésta iba a ser una experiencia nunca vivida en París por nosotros. Pregunté al taxista que nos llevaba desde Orly a nuestro hotel qué perspectivas tenía la huelga convocada. Él me dijo que iba a ser “dura”, como son todas las huelgas en Francia. En principio pensamos que lo íbamos a pasar mal para encontrar un sitio para comer y cenar. Quizás nos tuviéramos que arreglar nuestra habitación en el hotel, y … … qué se yo.
Al hacer la entrada en el hotel, ubicado en la Pl. del Panthéon, es decir, a dos pasos del Bvd. St. Michel y pegado a la Sorbona, escenarios de las movidas más señaladas de París, le hice a la recepcionista la misma pregunta que al taxista. Su contestación fue inequívoca: “Vds. no van a tener ningún problema en París. Podrán comer donde quieran, tomar un café o una cerveza normalmente, ir a los grandes almacenes y, por supuesto, en este hotel no hacemos huelga. Únicamente podrán encontrar dificultades en el transporte público”.
La cosa estaba clara. Haríamos la vida normal de turista que solemos hacer cada vez que estamos en París. Los problemas que hubiera con el transporte público nos iban a afectar poco; estamos muy bien ubicados y además nos encanta pasear por París.
Al día siguiente, el día de la huelga, desayunamos, como de costumbre, en un café al lado del hotel. En el café había un buen número de clientes; nada anormal. Al lado del café hay una sucursal de BNP Paribas, que estaba trabajando normalmente. Las tiendas estaban abiertas prácticamente todas. En el camino desde la Pl. del Panthéon hasta el Sena, recorriendo la orilla izquierda, pasando por el puente de las Artes, caminando por la orilla derecha, rue Rivoli, Pl. del Mercado de St. Honoré, rue de St. Honoré (supercomercial), hasta Pl. Vendôme y Pl. Madelaine, es decir, en un recorrido largo (unos 10 kms.) y significativo, quizás contáramos cinco o seis comercios cerrados. En la calle un poco menos gente que en un día normal. Por supuesto, comimos tranquilamente donde creímos oportuno y, en ningún momento, vimos el mínimo conato de alboroto o violencia. Ni un solo “piquete informativo”, que dicho sea de paso, me parece un anacronismo en la era de la información. Otra cosa es la función coercitiva que en España damos a esa figura falsa del “piquete informativo”.
El camino de vuelta al hotel, lo hicimos por otro recorrido. Prácticamente por toda la orilla izquierda del Sena, por el Bvd. St. Germain hasta el Bvd. St. Michel, con la misma normalidad que habíamos hecho el recorrido de la mañana.
Cuando nos acercábamos al Bvd. St. Michel, vimos que la policía había establecido algunos cortes de calles. Luego comprobamos que el motivo era la manifestación de protesta, complementaria de la convocatoria de huelga, que debía pasar por el citado boulevard. Esta circunstancia me permitió ver, “in situ”, mi primera manifestación francesa, motivada por la protesta sindical en contra de la ley que pretende alargar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años. Al disponer mi pequeña cámara de fotos de una función de video, grabé unos minutos de esta manifestación que he colgado en You Tube:  http://www.youtube.com/watch?v=2-orjyS6FxYHasta aquí los hechos tal y como los viví ese día. Mis conclusiones posteriores son las siguientes:
1.- Se percibe, a la legua, que en Francia sí hubo Revolución Francesa y que sí tienen perfectamente culturizado eso de la ciudadanía. Nos llevan 200 años de adelanto en este tema.
2.- Tan importante es el derecho constitucional de hacer huelga como el de no hacerla. La ventaja francesa es que de verdad se cumple. Ni un solo atisbo de violencia. Unos ejercían un derecho y otros el otro. Nadie se metía con nadie. Cada cual iba a lo suyo.
3.- La huelga estaba convocada, para protestar por una ley que se está estudiando y que aún no está aprobada. Aquí, los sindicatos han convocado el pasado mes de mayo o junio (no recuerdo bien), una huelga para protestar por una ley (la de la Reforma Laboral), que ya ha sido aprobada por las Cortes hará unos quince días. ¿No suena a cachondeo?.
4.- El área metropolitana de París, está poblada por mas de 12 millones de personas. Los sindicatos franceses hablaban de un seguimiento de la huelga (en toda Francia) de unos 3 millones de personas (el 25 % de la población del área parisina). El gobierno hablaba de 1 millón de huelguistas (el 8,3 % de la misma población).
5.- Tuve la oportunidad de conversar, durante la manifestación, con algún representante sindical, concretamente de la CGT. Intercambiamos puntos de vista y pareceres, con un respeto mutuo que nunca he visto en los representantes sindicales con los que me he topado en mi larga vida laboral (40 años). Mi interlocutor esgrimió sus argumentos (por cierto muy coherentes) y yo le hice algunas puntualizaciones que incluso agradeció. A eso le llamo yo ciudadanía. Al respeto mutuo de las ideas de todos los ciudadanos. Y en un momento tan propicio para el apasionamiento, como es una manifestación sindical, aquel ciudadano no perdió la compostura ni su condición ciudadana en ningún momento.
Al margen de consideraciones de otro tipo, que no vienen al caso, tengo que confesar que me dio una gran alegría, ver la lección de ciudadanía que estaba recibiendo gratuitamente. Mi frustración consiste en que yo no espero ver esa lección de ciudadanía en mi país en mucho tiempo. Mañana podría ser una buena fecha para que me tuviera que tragar mis palabras, cosa que haría con mucho gusto. Espero y deseo que mis hijos o como mucho mis nietos, puedan disfrutar de estos espectáculos ciudadanos, como el que yo viví en París, en Madrid, Barcelona, Sevilla o en cualquier pequeño pueblo de nuestro país.




sábado, 11 de septiembre de 2010

FINANZAS DE ANDAR POR CASA (VI). LOS PLANES DE PENSIONES

Hace una semana me encuentro con mi amigo Manolo. Va a cumplir 40 años el mes que viene y me comenta que está pensando en hacerse un Plan de Pensiones. No solo me lo comenta sino que me pide opinión al respecto, por aquello de haber trabajado en el sector financiero. “El tema de las jubilaciones está que arde”, me dice. Y añade aquello de que, “al paso que vamos, no sé si cobraré algo de la Seguridad Social”. Trato de calmarle, pero él quiere que le cuente “de qué va la vaina de eso de los planes de pensiones”. Manolo no es precisamente un experto financiero (como la mayoría de la gente) y le gustan las cosas sencillas y claras.
En primer lugar le pregunto qué cuánto está dispuesto a ahorrar cada año, para dotar ese plan de pensiones. Me indica que le haga un supuesto con una aportación de 5.000 € al año. Si las cosas le van como hasta ahora, dice que puede ahorrar todos los meses unos 400 €. El problema que me plantea a mí se me escapa (a pesar de mi experiencia). Manolo quiere una respuesta concreta y yo no la tengo. Pero para orientarle le hago la consideración siguiente.
Si tienes la fuerza de voluntad suficiente para ahorrar todos los años 5.000 €, ponerlos en una cuenta aparte y no tocarlos durante 25 años (hasta que cumplas 65), y suponiendo que le vas a sacar a ese ahorro unos intereses de tan solo un 3 % (un 2,43 % neto, descontado el 19 % de I.R.C.), al cabo de los 25 años, te vas a encontrar con un total de 173.361 €. Es decir, los 125.000 euros que has ahorrado y 48.361 € de intereses netos producidos. Esto supone que has revalorizado tu ahorro un 38,68 % y le has sacado una rentabilidad media anual del 2,43 %. Además de ahorrar, has ganado un dinerito. Con ese fondo de ahorro acumulado tú te lo administras como quieras para complementar la pensión pública.
Ahora bien, si quieres participar en un Plan de Pensiones, tienes que tener en cuenta los siguientes aspectos:
• El ahorro que haces mensualmente te lo va a administrar la Gestora del Fondo de Pensiones que hayas elegido. Esta Gestora cobra comisión.
• Tu ahorro y el de todos los partícipes de ese Fondo de Pensiones, la Gestora lo invierte en activos financieros (Acciones, Obligaciones, Bonos, etc.). De cómo evolucionen esas inversiones, dependerá que tu ahorro se revalorice mucho, poco, nada, e incluso se deprecie.
• Esos valores se van a depositar en una Entidad Depositante, que también va a cobrar comisiones por la gestión del depósito. Tanto la Gestora como la Depositaria, suelen ser muy “amigas” y estar promovidas por un banco o caja de ahorros.
• En tu Declaración de Renta, Hacienda te va a permitir cada año desgravarte del total de aportaciones que hagas a ese Plan de Pensiones (hay un límite al que tú no llegas), lo cual es muy interesante. Y es un beneficio tangible cada año, sobre todo si por esta desgravación, Hacienda te devuelve dinero.
• Pero también tienes que tener en cuenta, que cuando te jubiles y rescates tu Plan de Pensiones, Hacienda te va a estar esperando para que le devuelvas esos impuestos que antes te devolvió. Aquí nadie regala nada.
“Pues me parece muy interesante esto del Plan de Pensiones, me dice Manolo. Porque me imagino, continúa, que esos tíos que se dedican a negociar con tanta pasta de esos Fondos de Pensiones, le sacarán mucho más que esa porquería del 2,43 % que me has contado antes. ¿No te parece?. ¿Tienes algún dato fiable de la rentabilidad que se saca de un Plan de Pensiones?”, me pregunta Manolo.
Nos cogemos el ordenador, nos metemos en la web de INVERCO, y analizamos los datos de los últimos años. A 30 de junio de 2010, las cifras son estas:
Patrimonio gestionado: 82.670 millones de euros.
Partícipes: 10.646.477
Número de Planes: 3.300.
Rentabilidad media anual de los Planes de Pensiones en España.
                                    A 20 años  A 15 años   A 10 años   A 5 años  A 3 años  A 1 año
Renta fija a corto (1)      4,96%        3,39%        1,76%          1,29%     1,37%     0,03%
Renta fija a largo (2)      5,27%        3,82%        2,08%          1,56%      2,56%     2,59%
Renta fija mixta (3)        5,14%        3,65%        0,72%          0,36%     -1,74%     2,39%
Renta variable mixta (4)  5,72%       4,03%       -0,67%         -0,41%     -7,18%    5,53%
Renta variable (5)          2,17%        6,90%      -3,29%         -1,04%   -12,20%  10,44%
 (1) Invierten en Obligaciones, bonos, deuda pública, etc. a corto plazo
(2) Invierten en Obligaciones, bonos, deuda pública, etc. a largo plazo
(3) Invierten en Renta Fija y Renta Variable, pero mayor % en Renta fija
(4) Invierten en Renta Fija y Renta Variable, pero mayor % en Renta Variable
(5) Invierte solo en Renta Variable (Acciones)
Tengo que aclarar a Manolo algunos datos, pero entiende casi todo. Y también muestra su sorpresa por muchos de los datos que aparecen en esta estadística. De este modo, se da cuenta de que los “cerebros” que invierten ese “mogollón” de dinero de los Fondos de Pensiones, no son tan listos como él creía. Me señala, por ejemplo, que cómo es posible que en los 10 últimos años la rentabilidad media anual de los Planes de Pensiones de Renta Variable (acciones) sea del -3,29 %, cuando la Bolsa (a excepción de los 3 últimos años) iba viento en popa y a toda vela. Lo mismo me dice de la rentabilidad media del 2,17 % a 20 años de estos Planes de Pensiones. “¡Pues vaya cerebritos de los cojones!, cobran comisiones para esto”, me suelta tan pancho. Yo no tengo respuesta para esto. Me limito a señalarle los números.
Nos tomamos unas cañas, charlamos de nuestras cosas y quedamos en vernos dentro de unos días y ya me dirá lo que decide, porque en vez de darle una solución, le he creado un problema. Y lo que es peor, es él el que tiene que decidir.
Siento no haber podido resolver el problema de mi amigo Manolo, ni el de ninguno de aquéllos que estén leyendo este post. Mi intención no era esa. Los problemas los tenemos que resolver cada uno de nosotros. Lo único que yo persigo con estas consideraciones que estoy haciendo, es que antes de decidir sobre la compra de un producto financiero, conozcamos lo que vamos a hacer y no dejar que otros decidan por nosotros. Es muy fácil que, con el señuelo de que me van a regalar una TV si contrato un Plan de Pensiones con el banco tal o con la caja de ahorros cual, y que Hacienda me va a devolver dinero en mi Declaración de Renta, contrate un Plan de Pensiones del que no tengo ni puñetera idea. No conozco los entresijos del producto, no conozco las posibilidades de rentabilidad futura, no conozco lo que Hacienda me va a reclamar cuando rescate el Plan de Pensiones. Por cierto, si el rescate se efectúa en un solo pago, Hacienda considera este ingreso como otro más del año en que se efectúe. Con lo cual, a poco importante que sea el Fondo acumulado, tributaré ese año, por el rescate del Plan y por el resto de mis ingresos, al máximo de la tabla del IRPF (hoy el 43 %). Esto lo conozco muy bien por experiencia personal.
Como podéis ver, la cosa de los Planes de Pensiones tiene más miga de la que nos cuentan. Los bancos y cajas, en la campaña puntual que hacen todos los años hacia Navidad, solo hablan de dos cosas: de la desgravación fiscal y del regalito que nos hacen si contratamos un Plan de Pensiones o les llevamos el que tengamos en otro banco.
Podíamos hablar de que es posible trasladar un Plan de Pensiones de un banco a otro y alguna otra cosa. El tema es más amplio, pero ya me he enrollado bastante y espero que estas orientaciones hayan servido a alguno para conocer mejor este producto financiero.

domingo, 5 de septiembre de 2010

FINANZAS DE ANDAR POR CASA (V). LOS FONDOS DE INVERSION MOBILIARIA

Los Fondos de Inversión, son un producto muy comercializado entre los ahorradores. Aunque sería más exacto emplear el término de inversores. De todos modos, un inversor no es más que un ahorrador que quiere rentabilizar más sus ahorros, colocándolos de otra manera. Pero ¿qué es un Fondo de Inversión?, ¿cómo funciona?. Voy a intentar comentarlo de una manera fácil y gráfica.
Podríamos decir que un Fondo de Inversión es una “peña de amigos”, que juntan sus ahorros en un fondo común, para que otro “amigo”, especialista en Bolsa, invierta esos ahorros y los rentabilice.
A todos esos amigos que aportan sus ahorros al fondo común, se les llama Partícipes. Y su inversión se materializa mediante la compra de participaciones en ese Fondo.
El Fondo está constituido por el total de los ahorros aportados por todos los Partícipes.
A ese amigo especialista en Bolsa que va a manejar el Fondo, se le llama Gestora del Fondo. Y esta Gestora no trabaja gratis. Cobra comisiones por su trabajo. La mayoría de las gestoras de fondos existentes, están controlados por bancos y cajas.
Los activos en los que invierte la Gestora del fondo: acciones, obligaciones, bonos, deuda pública, etc., estarán depositados en algún sitio, generalmente un banco o caja. Esta es la figura del Depositario del Fondo, que también cobra comisiones por su función (por la custodia de los valores, por la compra, por la venta, etc.). En la práctica, tanto la Gestora del Fondo, como el Depositario del Fondo, son tan amigos, que están controlados por la misma entidad de crédito, que es la que encarga de cobrar esas comisiones a los partícipes del Fondo de Inversión. Es muy importante conocer cuáles son esas comisiones y la repercusión que tienen en la inversión que hagamos. No olvidemos que los Fondos de Inversión son un gran negocio para los bancos: generan muchas comisiones, tanto da si el partícipe gana o pierde con su inversión.
Finalmente hablaremos del Valor de la participación. El importe total inicial del Fondo se divide en Participaciones, que tienen un valor inicial. Ese valor cambia diariamente en función de la valoración que tengan en cada momento las acciones, los bonos, las obligaciones, en una palabra, los valores que constituyen el patrimonio de ese Fondo. De esta manera podemos conocer a través de los medios de comunicación el valor diario de la participación en el Fondo en el que tengamos nuestros ahorros invertidos.
Las Clases de Fondos de Inversión más corrientes son:
De Renta Fija (Invierten en Deuda pública, Obligaciones y Bonos)
De Renta Variable (Invierten en Acciones)
Mixtos (Invierten en Renta Fija y Renta Variable)
De Dinero (Invierten en Activos Monetarios)
Garantizados (Garantizan algún tipo de rentabilidad)
Circula por la Red un peculiar y malévolo diccionario de términos financieros que define de esta manera las distintas clases de Fondos de Inversión:
• Fondo de Renta Fija: Depósito que realiza un Cliente y que, pasado un tiempo prudencial, se le devuelve juntamente con una pequeña limosna. Si el Cliente se queja se le aconseja que lo pase a un Fondo de Renta Variable.
• Fondo de Renta Variable: Depósito que realiza un cliente y que, pasado un tiempo prudencial, pierde.
• Fondo Mixto: Depósito que realiza un Cliente a quien le han ido mal los dos anteriores y que, pasado un tiempo prudencial, también pierde casi todo.
• Fondo Garantizado: Depósito que realiza un Cliente, que está hasta las narices de perder dinero, donde llegada la fecha de vencimiento de la garantía, se le devuelve íntegramente la cantidad que aportó. Acostumbran a quedarse esperando a que les den alguna cosa más.
Pero bromas aparte, analicemos la realidad de las rentabilidades medias de los Fondos de Inversión españoles en los últimos años:

Datos de Fondos de Inversión a 30.06.2010.

Número de Fondos: 2.482
Patrimonio Total: 148.144 millones de euros
Partícipes: 5.596.431
Rentabilidad media de los Fondos
Renta fija:
En 1 año: 2,49 %. En 3 años: 2,48 %; en 5 años: 1,68 %; en 10 años: 2,67 %
Renta Variable:
En 1 año: -2,59 %; en 3 años: -13,20 %; en 5 años: 0,40 %; en 10 años: 0,20 %
Todos estos datos los he obtenido y están disponibles para todo el que quiera consultarlos en la web de INVERCO (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Planes de Pensiones).
Estoy seguro de que más de uno que esté leyendo estas líneas, será o habrá sido partícipe de un Fondo y habrá rentabilizado mucho más su inversión. Soy consciente de que los datos expresados en rentabilidades medias son solo relativamente orientativos. Hay fondos que han obtenido rentabilidades impresionantes y habrá partícipes que, conociendo sobradamente estos productos y los mercados, habrán conseguido pingües beneficios de su inversión. Pero también estoy seguro de que habrá entre esos 5 millones y medio de partícipes, un buen puñado de buenas gentes, ignorantes de la inversión en la que le ha embarcado algún avezado gestor personal, que lejos de explicar a su Cliente lo que iba a adquirir, buscaba fundamentalmente conseguir un mejor “bonus” en aquel año. Y desde luego, para obtener una rentabilidad media de un 2,67 % en 10 años en un Fondo de Renta Fija, no hay que ir a estudiar a Salamanca ni ser ingeniero financiero.
No pretendo de ninguna manera proscribir este producto financiero. Mi única pretensión, como estoy exponiendo continuamente a través de esta serie de artículos, es que cada uno de nosotros, cuando adquiramos un producto financiero, conozcamos todas sus características, ventajas e inconvenientes. Y solo después de tener la certeza de que conocemos el producto, tomemos la decisión que más nos convenga o nos apetezca. No dejemos que otros decidan por nosotros.

viernes, 3 de septiembre de 2010

FINANZAS DE ANDAR POR CASA (IV). INGENIERIA FINANCIERA

Cuando compré mi primer coche, un Seiscientos, levantaba la tapa del motor y veía un motor sencillo, sin apenas complicaciones. Creo que todos los usuarios de aquel coche llevábamos una correa de ventilador, una tapa del delco y unos platinos de repuesto. Incluso sabíamos cambiarlos. En todo caso, en el último taller del pueblo más recóndito, te arreglaban el Seiscientos. Hoy levanto la tapa del motor de mi coche, el que sea, y no tengo ni puñetera idea de qué es lo que hay debajo. Y menos aún se me ocurre intentar cambiar nada que se me estropee; voy al taller de la marca, me pongo en sus manos, me cobran lo que quieren por el arreglo y san se acabó. Progresos de la ingeniería.
En las entidades financieras sucede algo parecido. Hemos pasado de comprar productos sencillos, sobre todo cuentas y depósitos de ahorro, a encontrarnos con una amplia variedad de “cosas nuevas”, algunas de ellas complicadas para el usuario medio, inventadas todas por los ingenieros financieros. Antes la gente entendía y conocía cómo tenía colocados sus ahorros: a la vista o a plazo. Hoy la cosa se ha complicado cada vez más. Se han inventado productos nuevos: depósitos estructurados, fondos de inversión, planes de pensiones, seguros de ahorro previsión, etc.. Y el Cliente de bancos y cajas, cada vez que levanta la tapa del motor de ese nuevo y maravilloso producto que le han vendido, tampoco tiene mucha idea de lo que hay debajo. Y claro está, si el producto se estropea, acude a su banco o caja, se pone en sus manos, y, de acuerdo con la “clausula 2ª del considerando 3º y la madre que lo parió” se puede encontrar con alguna que otra sorpresa desagradable.
El pasado 22 de junio, al hablar del Cliente, comenté el proceso de “colocación” de un depósito estructurado a una persona con un conocimiento financiero básico y creo que, más o menos, quedó claro de qué se trataba. No quisiera repetirme. La variedad de depósitos estructurados es muy amplia y los nombres con que bancos y cajas los bautizan (o los enmascaran) son de lo más variado y pintoresco. Mi recomendación es la de siempre: primero conocer qué voy a comprar; y si estoy convencido de ello, realizar la operación. Indudablemente, hay depósitos estructurados que acaban siendo muy rentables, pero también hay otros que no.

domingo, 29 de agosto de 2010

FIANZAS DE ANDAR POR CASA (III). PRODUCTOS FINANCIEROS


Ya hemos llegado al convencimiento de que el Cliente soy yo y que tengo que conocer los productos antes de comprarlos. Pero, ¿qué es lo que se puede comprar en un banco o caja de ahorros? ¿cuáles son esos productos?.. Comencemos por los más conocidos y más adelante nos ocuparemos de los más complejos. Con el fin de no dispersarnos, voy a tratar de describir los productos financieros por “familias”: depósitos, préstamos, tarjetas, etc. etc. Hoy comenzaremos por los Depósitos más sencillos.
Imagino que todos nosotros tenemos una Cuenta Corriente o Libreta de Ahorros a la vista en algún banco o caja de ahorros. Es el depósito más elemental y es a través de este producto por donde fluye nuestra economía doméstica: desde el abono de la nómina o pensión, hasta el cargo por ese donativo periódico que hacemos a “Médicos sin fronteras”. Nuestra Cuenta Corriente es una radiografía muy exacta de nuestra vida económica.
Cuando contratamos este tipo de cuentas es muy recomendable (yo diría que necesario) preguntar cosas como éstas:
• ¿Qué comisiones tiene la cuenta por: apuntes, mantenimiento, descubiertos, transferencias, ingresos en cheques o talones, devoluciones de cheques ingresados, banca por internet, etc. etc.?
• ¿Qué valoración tienen los ingresos y los pagos, y qué es eso de la “valoración”?. ¿Por qué si en mi cuenta he tenido siempre un saldo aparentemente positivo, alguna vez el banco me ha cargado una “comisión por descubierto” o intereses negativos?.
• ¿Tiene algún coste que el banco me facilite un talonario de cheques?
• ¿Qué comisiones tengo que soportar con las tarjetas de débito y crédito que con tanta diligencia me quiere vender el empleado que me está abriendo la cuenta? Insistir mucho en los costes del pago aplazado de las compras efectuadas con tarjeta de crédito. ¡Ojo con las facilidades de pago, que a veces son muy caras!. Hablaremos de ello en otro post.
• ¿Por qué tengo que llamar a un teléfono de “Atención al Cliente”, cuando tenga necesidad de ello, que sea un 902, con un coste adicional para mí?. Solicitar que te den el teléfono directo (sin 902) para el mismo fin, porque lo hay.
Para comenzar a sentirnos Clientes y conocer de qué va la cosa, este cuestionario me parece, aunque incompleto, suficientemente orientativo. El vendedor que os atienda, además de sorprenderse y tener que consultar más de una respuesta, seguro que se va a acordar de vosotros; y si alguna vez tiene la tentación de “colaros algo”, lo va a pensar previamente. A mí me parece necesario dejar las cosas claras desde el principio. Con mucha educación, pero de forma resuelta, hemos de hacer valer nuestra condición de CLIENTE.
Las Cuentas Corrientes o las Libretas de Ahorros que admiten operatoria de cargos y abonos, es decir las normales, no tienen retribución; no dan intereses. Antes, hace ya muchos años, sí generaban intereses. Hoy no. Los bancos y cajas comercializan otras cuentas, en las que no se pueden producir los movimientos habituales de la economía diaria para retribuir su saldo, para pagar al depositante algún interés. El listado de nombres con que las bautizan es de lo más variado y pintoresco. Unas son “a la vista”, es decir pueden disponerse con total liquidez, otras se contratan a un plazo determinado: tres, seis, doce meses, o más. Para la obtención de un determinado interés es habitual que el banco o caja exija algunas condiciones “colaterales”: nómina domiciliada y/o recibos domiciliados en la Cuenta Corriente, alguna Tarjeta de débito o crédito, etc. etc. . El abanico de “condiciones colaterales” es muy amplio.
Estos Depósitos remunerados no tienen ningún misterio. El banco o caja conviene conmigo en pagarme un tipo de interés anual, bien sea de una sola vez al final del periodo contratado o de forma fraccionada por periodos mensuales, trimestrales, etc. Llegados a este punto me parece oportuno hablar de esa entelequia que se denomina TAE (Tasa Anual Equivalente). En la web del Banco de España podéis encontrar información muy práctica y sencilla de manejar, incluso con simuladores, tanto para depósitos como para préstamos. Es importante tener claro y preguntar cuál es el tipo de interés nominal (real) y cuál la TAE. Quizás con un ejemplo lo tengamos más claro.
Es usual que los bancos y cajas anuncien sus depósitos en términos de TAE. Esa TAE siempre será la misma en un mismo producto, aunque el pago de intereses se produzca de diferentes formas fraccionadas. Pero nosotros lo que mejor entendemos es el concepto de interés real: los euros que nos abonan efectivamente en nuestra cuenta. Veamos un caso real y muy común (por las condiciones, no por las cantidades ni el tipo de interés).
• Importe del depósito: 100.000 euros
• TAE 4 %
• Periodicidad de abono de intereses: trimestral.
Pues bien; en este caso, el interés real (nominal) que el banco abona no es el 4 %, sino el 3,9414 %. Este depositante cobraría cada tres meses 985,35 € brutos y en el conjunto del año 3.941,40 € . Eso sí, la TAE es el 4 %. El banco no ha engañado, pero a mí me parece que sí tendría que haber advertido a su cliente que el tipo real era otro diferente de la TAE.
Es más que probable que, dada la cultura financiera media vigente, la mayoría de los clientes que decidieran contratar este depósito, esperarían un abono de 1.000 € al trimestre, lo que equivaldría a 4.000 € al año, al confundir TAE con tipo de interés nominal.
Mi recomendación en estos casos es siempre preguntar por el tipo de interés real (nominal).
Otra cuestión a preguntar, y muy importante, es si existe la posibilidad de retirar el depósito antes del tiempo establecido; hay casos en que no. Si se permitiera esta disposición anticipada (que es lo habitual), es necesario conocer qué penalización me va a liquidar el banco sobre los intereses devengados. En el peor de los casos, no podrá cargarme por intereses de penalización, más importe que los intereses que haya devengado el depósito hasta el día en que haga la disposición anticipada.
Quizás esté siendo demasiado minucioso contando cosas que probablemente la mayoría de los lectores conozcan. Mi intención es llevar al ánimo del Cliente que conozca bien el producto antes de comprarlo. “Tocar el producto”, “probarlo”, como hago con el jersey o las cerezas de las que hablábamos en un post anterior.

martes, 22 de junio de 2010

FINANZAS DE ANDAR POR CASA (II). EL CLIENTE

Decía en mi anterior artículo que debemos creernos la importancia que tenemos como Clientes de los bancos y cajas de ahorros. Hoy quisiera comentar nuestros hábitos de compra. Cómo nos comportamos como Clientes cuando nos acercamos a determinados comercios y cómo actuamos como Clientes de un banco.
Pongamos por caso que voy a El Corte Inglés porque necesito comprarme un jersey. El proceso de mi compra es más o menos éste.
Me doy una vuelta por la sección de jerseys, veo los que tienen (color, precio, etc.), hasta que encuentro uno que me gusta. Compruebo si hay de mi talla (que como nunca me acuerdo debo consultarla a un dependiente), me lo pruebo, me miro en un espejo a ver qué tal me sienta y finalmente decido comprarlo. He realizado todo este proceso para invertir, pongamos que 50 euros, que es el coste del jersey.
Luego voy a la frutería. Mi compra se desarrolla más o menos como sigue:
“Póngame 1 kilo de melocotones de esos de ahí, que tienen buena pinta; otro kilo de albaricoques, ¡qué estén dulces! (el frutero me da uno para probarlo) y otro kilo de cerezas (también las pruebo)”. Pago la factura, pongamos que 10 euros, y me voy.
Analizamos estas dos compras y vemos que los productos que hemos comprado, los conocíamos previamente, los vemos, los tocamos, los probamos. … .En fin, los examinamos con más o menos detalle, antes de decidir la compra. Por otra parte las compras son de un importe pequeño.
Cuando vamos a otra tienda llamada banco, nuestro proceso de compra es diferente. Para empezar, nos suena raro eso de ir al banco a comprar. Pues sí, el banco (o la caja), es otra tienda más. Y como cualquier tienda vende algo y los clientes que van a esa tienda compran algo. Pero, ¿de verdad cuando voy al banco me siento tan Cliente como en El Corte Inglés o en la frutería?. Pues me sienta o no, lo soy.
Además, es muy probable que, como cobro la nómina por mi cuenta, pago también por la misma cuenta las facturas de luz y teléfono, me he acostumbrado a sacar dinero de mi cuenta a través del cajero automático, quizás esté pagando la hipoteca sobre mi casa e incluso haya sido capaz de ahorrar algún dinerillo y también lo tengo depositado en el mismo banco, pues estoy “casado” con el banco a tope. Eso es ser Cliente; eso es comprar diariamente en el banco un montón de productos que me vende y que me cobra.
Vamos a analizar ahora cómo compro en el banco.
Suelo comenzar mi relación como Cliente abriendo una cuenta corriente o una libreta de ahorros, a través de la cual domiciliaré todos mis cobros y pagos periódicos. También suelo comprar en ese momento alguna tarjeta, aunque solo sea la de débito, para sacar dinero de los cajeros. El empleado que me atiende, me da a firmar un montón de documentos que, por supuesto no leo, y firmo obedientemente en el lugar que me indica. Luego, probablemente me quejaré de que me cobran tal o cual comisión, que acepté con mi firma en aquel momento inicial.
Como soy un poco ahorrativo y en el trabajo me va bien, he conseguido reunir 15.000 euros que me gustaría rentabilizar. Voy al banco y le pregunto al empleado que me atiende en qué puedo invertir esos ahorros. Es muy probable que me atienda un joven que desarrolla la función comercial en aquella sucursal y que tiene unos objetivos que cumplir. Sin indagar mucho sobre mis necesidades, me ofrece un maravilloso depósito a plazo, que están comercializando en ese momento y que tiene una rentabilidad muy atractiva. Eso sí, de los 15.000 euros, la mitad se colocan de una manera y el resto de otra. El “primer tramo” queda depositado en una cuenta al 3% (por ejemplo) y el “segundo tramo”, se coloca a un “interés variable”, en función del comportamiento que tenga “una cesta de valores” o la evolución del “Eurostoxx 50” o el “Cac 40” (por ejemplo). Además me indica que ahí está precisamente la expectativa de tener una rentabilidad muy superior a la del “primer tramo”. Me indica además que tengo que decidirme pronto, porque está teniendo mucho éxito y el plazo para contratar esta maravilla finaliza dentro de tres días. Yo no me entero de nada: no sé qué es eso de “una cesta de valores” y lo del “Eurostoxx 50 o el Cac 40” me suena a chino. Pero el chaval parece muy seguro de sí mismo y no para de repetirme que tome una decisión rápida porque se acaba el tiempo de esta atractiva oferta. En consecuencia y ante estas “evidencias”, firmo el contrato y coloco mis 15.000 euros, que tanto me ha costado ahorrar, en ese producto tan novedoso y rentable.
El comercial del banco, anota en su listado de objetivos 15.000 euros más y el Cliente, es decir yo, acabo de comprar algo que no tengo ni puñetera idea qué es y que, si la suerte de acompaña, podré recuperar íntegros mis 15.000 euros al final del plazo convenido. Me acaban de colocar eso que los ingenieros financieros han bautizado como “depósito estructurado”.
Hace unos dos años, recibí un e-mail con una serie de definiciones jocosas sobre productos financieros. La de Depósito Estructurado, decía así: “Depósito que realiza un cliente en el que, si una serie de hechos totalmente fortuitos coinciden, se le da un vale para cambiar por un derivado, que se convierte en una opción de futuro sobre un mercado emergente. El cliente nunca pierde dinero; eso sí, tampoco lo encontrará”.
Quizás he exagerado en la exposición de la operación de los 15.000 euros. Lo he hecho deliberadamente con la intención de destacar lo cándidos que somos, a veces, en nuestra manera de comprar en un banco. Si este cliente, conociera previamente lo que va a comprar y decidiera hacer esa inversión, a pesar de la incertidumbre sobre la cifra de interés que va a cobrar, sobraría todo el relato y la broma posterior. Habría tomado una decisión de compra razonada y fundamentada en un conocimiento previo. Si luego le sale bien o mal la operación, es otra cosa.
Mi intención hoy, es la de trasladar al lector que él es el CLIENTE del banco y que él es el que tiene que conocer lo que quiere comprar. Y si no conoce lo que le ofrecen, que no le dé ninguna vergüenza preguntar. Recuerde: en El Corte Inglés se prueba el jersey antes de comprar y en la frutería ha probado las cerezas.

viernes, 18 de junio de 2010

FINANZAS DE ANDAR POR CASA (I)


Tengo el convencimiento de que el nivel de formación financiera del español medio es bastante bajo. Mi experiencia profesional, me dice que esto es así independientemente de la clase social en la que estemos encuadrados cada uno de nosotros. De esta manera, tan ignorante puede ser en esta materia, un peón de albañil como un arquitecto; o un celador de hospital como un neurocirujano. Nadie se ha preocupado de enseñarnos las cosas más elementales del mundo financiero y muy pocos se han preocupado de conocerlas. José Luis Sampedro, uno de los mejores economistas que he conocido, decía que enseñábamos a los estudiantes qué era la calcopirita, aunque nunca se iban a tropezar con ella, pero no les enseñábamos qué era una cuenta corriente o un préstamo.
Los que tuvimos la fortuna de encontrar trabajo y ganar nuestro propio dinero, poco o mucho, comenzamos a tener que aprender desde lo que era cobrar la nómina a través de una cuenta corriente, a lo que es un préstamo hipotecario. Y lo aprendimos de oído, fiados de la confianza que nos inspiraba “el del banco” o “el de la caja de ahorros”. Y en más de una ocasión, sufriendo en nuestra cartera, los “mordiscos” de esa ignorancia o esa comodidad.
Pero, ¿conocemos de verdad el producto financiero que compramos y si ese producto nos hace falta, o es el más adecuado para cubrir nuestras necesidades?. ¿Cuántas ofertas nos han hecho en los últimos tiempos, para que suscribiéramos tal o cual Fondo de Inversión o Plan de Pensiones, contratáramos tal o cual Tarjeta, o nos endeudáramos con aquel maravilloso préstamo hipotecario a 40 años, por el que solo íbamos a pagar una cuota tan pequeña?. ¿Cuántas veces hemos contratado sin saber de verdad los entresijos del producto que comprábamos?.
Hemos sido, y seguimos siendo, ese cliente facilón y crédulo, que nos hemos dejado llevar por nuestra comodidad, hacia sitios en los que no nos convenía estar, o en los que no sabemos qué hacemos, ni qué pito tocamos. Es mi intención, a través de una serie de pequeños artículos hablar de cosas muy elementales, pero a mi juicio muy necesarias, para movernos en igualdad de condiciones en nuestra relación diaria con nuestro banco o caja de ahorros. Hoy solo quiero hacer llegar al lector que se crea la importancia que tiene como Cliente de un banco o caja de ahorros.


martes, 8 de junio de 2010

COINCIDENCIAS (II)


Ayer me dediqué a guardar apuntes de los últimos cursos a los que he asistido en la Universidad Carlos III de Madrid, y casualmente encontré un relato, “La compra de la República”, escrito por Giovanni Papini en 1931 y contenido en su libro “Gog”. Lo volví a releer y me pareció oportuno ponerlo a disposición de quien se acerque a este blog.

“LA COMPRA DE LA REPÚBLICA
Nueva York, 22 marzo
Este mes he comprado una República. Capricho costoso y que no tendrá imitadores. Era un deseo que tenía desde hacía mucho tiempo y he querido librarme de él. Me imaginaba que el ser dueño de un país daba más gusto.
La ocasión era buena y el asunto quedó arreglado en pocos días. El presidente tenía el agua hasta el cuello: su ministerio, compuesto de clientes suyos, era un peligro. Las cajas de la República estaban vacías; crear nuevos impuestos hubiera sido la señal del derrumbamiento de todo el clan que se hallaba en el poder, tal vez de una revolución. Había ya un general que armaba bandas de regulares y prometía cargos y empleos al primero que llegaba.
Un agente americano que se hallaba en el lugar me avisó. El ministro de Hacienda corrió a Nueva York: en cuatro días nos pusimos de acuerdo. Anticipé algunos millones de dólares a la República, y además asigné al presidente, a todos los ministros y a sus secretarios unos emolumentos dobles de aquellos que recibían del Estado. Me han dado en garantía -sin que el pueblo lo sepa- las aduanas y los monopolios. Además, el presidente y los ministros han firmado un convenio secreto que me concede prácticamente el control sobre la vida de la República. Aunque yo parezca, cuando voy allí, un simple huésped de paso, soy, en realidad, el dueño casi absoluto del país. En estos días he tenido que dar una subvención, bastante crecida, para la renovación del material del ejército, y me he asegurado, en cambio, nuevos privilegios.
El espectáculo, para mí, es bastante divertido. Las Cámaras continúan legislando, en apariencia libremente; los ciudadanos continúan imaginándose que la República es autónoma e independiente y que de su voluntad depende el curso de las cosas. No saben que todo cuanto se imaginan poseer -vida, bienes, derechos civiles- depende en última instancia de un extranjero desconocido para ellos, es decir, de mí.
Mañana puedo ordenar la clausura del Parlamento, una reforma de la Constitución, el aumento de las tarifas de aduanas, la expulsión de los inmigrados. Podría, si me pluguiese, revelar los acuerdos secretos de la camarilla ahora dominante y derribar así al Gobierno, obligar al país que tengo bajo mi mano a declarar la guerra a una de las Repúblicas colindantes. Esta potencia oculta e ilimitada me ha hecho pasar algunas horas agradables. Sufrir todos los fastidios y la servidumbre de la comedia política es una fatiga bestial; pero ser el titiritero que detrás del telón puede solazarse tirando de los hilos de los fantoches obedientes a su movimiento, es una voluptuosidad única. Mi desprecio de los hombres encuentra un sabroso alimento y mil confirmaciones.
Yo no soy más que el rey incógnito de una pequeña República en desorden, pero la facilidad con que he conseguido dominarla y el evidente interés de todos los iniciados en conservar el secreto, me hace pensar que otras naciones, y tal vez más vastas e importantes que mi República, viven, sin darse cuenta, bajo una dependencia análoga de soberanos extranjeros. Siendo necesario más dinero para su adquisición, se tratará, en vez de un solo dueño, como en mi caso, de un trust, de un sindicato de negocios, de un grupo restringido de capitalistas o de banqueros.
Pero tengo fundadas sospechas de que otros países son gobernados por pequeños comités de reyes invisibles, conocidos solamente por sus hombres de confianza, que continúan recitando con naturalidad el papel de jefes legítimos.”

¿No hay demasiadas coincidencias entre la historia de ficción que cuenta Papini en 1931 y la realidad económico-política de hoy?.
Cada cual que saque sus propias conclusiones.

jueves, 20 de mayo de 2010

COINCIDENCIAS


Me ha llamado la atención la cantidad de anuncios de convocatorias de Juntas Generales Ordinarias y Extraordinarias que se han publicado en estos días en El País (imagino que también en otros periódicos), por parte de numerosas SICAV’S españolas. Leyendo someramente estos anuncios, he observado algunas cosas que me han parecido curiosas.

Por ejemplo, la coincidencia de fecha y hora de convocatoria en un mismo lugar. En las convocatorias que he leído en los diarios de los días 17, 18 y 19 de mayo, dicen que se van a celebrar, en el domicilio de Madrid, calle Hermanos Bécquer nº 3, el día 24 de junio a las 13 horas, cinco Juntas de cinco SICAV’S diferentes. El día 28 de junio en el mismo domicilio y a las 13 horas también diez Juntas de diez SICAV’S diferentes. En el domicilio de calle Serrano 73, también de Madrid, van a celebrarse el día 22 de junio a las 13 horas cuatro Juntas de otras cuatro SICAV’S y el día 23 de Junio en el mismo lugar y también a las 13 horas otras diez Juntas diferentes. Todas estas convocatorias las suscribe Dª Mónica Bugallo Adán, en su calidad de Secretaria o Vicesecretaria no consejera, de los respectivos Consejos de Administración. A mí todas estas coincidencias, simplemente me han llamado la atención.

Movido por la curiosidad me puse a averiguar a través de Google Map qué habría en calle Hnos. Bécquer 3 y apareció un banco de inversión: BNP Paribas. Y curiosamente también, en calle Serrano 73, aparecía otro banco de inversión: Fortis Bank. Pero hay más coincidencias. Según el diario Expansión (07/04/2010) desde el día 1 de abril, “la Gestora de Activos surgida tras la integración de BNP Paribas Investment Partners y Fortis Investments, opera bajo su nueva marca BNP Paribas Investment Partners. A 31.12.2009, gestionaban cerca de 3.500 millones de euros de activos financieros en España”.

Seguí curioseando en Wikipedia y allí se cuenta que las SICAV’S españolas deben tener un capital mínimo de 2’4 millones de euros y que el número de accionistas de estas sociedades debe ser igual o superior a cien. Que su único objeto social es el de invertir en activos financieros, debiendo estar cotizados en mercados oficiales al menos el 90 %. Que están exentas de tributación por Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, en constitución, aumento de capital social, fusión o escisión. Finalmente, solo tributan al 1 % en el impuesto de Sociedades.

Casualmente, coincide que estamos en época de Declaración de Renta y también coincide en que la mayoría de los declarantes somos aquellos que estamos “nominados”, es decir, con una nómina. Y, si no recuerdo mal los tramos del IRPF, van del 24 % al 43 %. Y que el IRC es el 19 %. Y si a alguien ahora le devuelven algo, solamente es porque antes lo pagó de más.

También coincide todo, con la puesta en marcha de unas medidas de austeridad que se centran en más impuestos y menos sueldos para los “nominados”. Tantas coincidencias, no pueden ser buenas.

viernes, 23 de abril de 2010

EL QUIOSCO MAGICO

Hace unos días prometí contar una jugosa historia de un quiosco de bebidas que, por arte de magia, se transformó en un Mc. Donald's. La cosa fue como sigue.

Érase una vez, allá por el mes de octubre del año 1.991 en el pueblo de Majadahonda. El Ayuntamiento, presidido por D. Ricardo Romero de Tejada y Picatoste, convoca un concurso “para la instalación temporal de quiosco de bebidas en la zona verde de Interland”. En el Pliego de Condiciones Técnicas, figura que “esta instalación deberá cumplir la vigente ordenanza municipal reguladora de la autorización para ejercer en la vía pública la actividad de venta de periódicos, revistas, bebidas, helados y similares en lo que no sea contraria a estas bases.”.


Por su parte en el “Pliego de Condiciones Económico-Administrativas que regirán en la contratación para la concesión de instalación y explotación de quiosco de venta de bebidas en la zona verde de Interland”, se habla en el Punto 1 de “instalación y explotación de quiosco de venta de bebidas y comida”. En el Punto 5 se especifica que: “La concesión se otorga por un plazo de 25 años …”. En el Punto 8 se establece que: “La garantía o fianza provisional para tomar parte en el concurso se establece en la cantidad de 2.500.000 pts” (año 1.991). El Punto 15 determina que: “Se fija un canon de 125 millones de pts. (año 1991), más los gastos de acondicionamiento de la zona verde …. El canon será pagado de una sola vez al inicio de la concesión. En sustitución del canon anual se efectuará el mantenimiento de la zona de jardín que se indica en plano adjunto”.

Es en este momento cuando la magia majariega comienza a funcionar. El polvo mágico que emite la varita de mando del Sr. Alcalde, comienza a invadir la atmósfera municipal. La aprobación del concurso es el día 28 de octubre de 1991, los anuncios en el BOE. y en el BOCAM, son de fechas 16.11.91 y 19.11.91.

Solo concurre un solo licitante, quizás influido por alguna ráfaga del polvo mágico que emite el Sr. Alcalde. Se trata de un quiosquero tan nombrado como Restaurantes Mc Donald’s S.A., que indudablemente pretende montar un quiosco de venta de bebidas y quizás algún helado, por aquello de cumplir “la vigente ordenanza municipal”. Este humilde aspirante no tiene ningún problema para depositar la fianza provisional de 2,5 mm. de pesetas. La vertiginosa velocidad a la viajan las cuestiones mágicas, permite poder abrir la plica del concurso (solo había una) el lunes 30.12.91 (buena fecha en plenas fiestas navideñas). El informe favorable de los Servicios Técnicos de Arquitectura es de fecha 10.01.92. El dictamen favorable de la Comisión de Urbanismo y Medio Ambiente está fechado el 14.01.92. La adjudicación del concurso se produce el 27.01.92. El dictamen del Asesor Jurídico, sobre Recurso de Reposición presentado por el Grupo Socialista se emite el día 11.02.92. La formalización del Contrato de Concesión Administrativa tiene fecha de 18 de febrero de 1992. Un concurso realizado con “magia blanca”, sin trampa ni cartón. Los ignorantes ciudadanos nunca vieron truco alguno. Ese el mérito de los buenos prestidigitadores: nunca revelan sus trucos.

Pero queridos amigos, esto solo era el comienzo del quiosco mágico. Analizando minuciosamente la “receta-concurso” para montar un quiosco de bebidas, hay algunos ingredientes que inducen a pensar que debe ser un quiosco diferente a lo que estamos acostumbrados. Una fianza previa de 2,5 mm. de pts., un canon de 125.377.000 pts, y un acondicionamiento del quiosco de 32.350.000 pts, es decir unos 160 millones de pts (casi un millón de euros de los de hoy), necesitan un punto de magia  financiera, que un simple quiosquero que vende cervezas y coca-colas, ni tiene ni tendrá nunca. Pero, ¿a qué viene tanto dispendio económico, por mucha magia financiera que haya, para montar un simple quiosco de bebidas?.

Todo tiene su explicación. La magia que la varita del Sr. Alcalde emite, no había hecho más que empezar a producir polvo mágico. Ya en el Informe de los Servicios Técnicos de Arquitectura, se señala que “el quiosco propiamente dicho alberga la cocina, área de espera, almacén y cámaras…”; “terraza cubierta destinada a albergar zona de restauración”; “por último prevé la posibilidad de suministro a clientes en coche, de forma que el proyecto contempla la posibilidad de circulación rodada alrededor del quiosco donde, a tal efecto, se habiliten unas ventanillas de cocina”.

La magia municipal había conseguido que, por una extraña maniobra evolutiva, un quiosco de bebidas se hubiera convertido en un restaurante que cocina y vende hamburguesas. Y hasta las vende  con un novedoso servicio de  Mc Auto. Eso sí, también vende bebidas, como no podía ser de otra forma. Es la razón de ser de esta Concesión Administrativa. Siempre hay que guardar las formas.

El día 13 de mayo de 1992, emite el Sr. Alcalde un Oficio, en el que notifica a “los vecinos inmediatos al lugar del emplazamiento de un quiosco de comidas y bebidas que va a instalar Restaurantes Mc. Donald’s por si cree pertinente formular reparos u oposiciones sobre la instalación referida”. Este Oficio, tiene una nota marginal que dice así: “Con la obligación expresa de hacérselo saber a todos los vecinos”. El “recibí” del original de este documento, está suscrito por un garabato sin identificación ni de persona ni de D.N.I., como es preceptivo. Este “vecino inmediato”, vio por primera vez este documento el 7 de octubre de 2009. Diecisiete años más tarde de la inauguración del quiosco de comidas y bebidas.

El quiosco mágico se acabó de construir y como corresponde en estos casos un buen día del verano de 1992 se inauguró. El quiosquero invitó al acto a los sufridos vecinos, que tendrían que soportar durante veinticinco años este negocio pegado a sus viviendas, y al Sr. Alcalde artífice de semejante transformación. En este memorable acto, el Sr. Alcalde quiso hacer extensiva su magia a los ciudadanos que soportarían este bodrio. De este modo cuando uno de esos ciudadanos le trasladó su inquietud por las molestias a sufrir, el Sr. Romero de Tejada y Picatoste le contestó textualmente: “¿Y la revalorización que va a daros a vuestras viviendas este Mc. Donald’s que os he instalado a la puerta de casa?”.

Y Mc. Donald’s y el Sr. Romero de Tejada y Picatoste fueron muy felices, prosperaron cada uno en lo suyo (uno en eso de la comida y otro en eso de la política, que a fin de cuentas es comer a costa de los demás) y a los ciudadanos más próximos al quiosco mágico, les dieron con los olores, los ruidos y la suciedad en las narices.

lunes, 19 de abril de 2010

LAS MOLESTIAS DE MC DONALD’S

Llevo residiendo en la misma casa, en Majadahonda (Madrid), desde hace 33 años. Cuando llegué a esta ciudad era un pueblo con calles embarradas, rodeado de nuevas urbanizaciones, que de la mano de la promotora Calpisa fueron floreciendo alrededor del minúsculo núcleo urbano. Las nuevas urbanizaciones estaban muy bien dotadas (jardines, tenis, piscinas, etc.), pero el pueblo no tenía de nada.
El pueblo se ha ido desarrollando paulatinamente, hasta convertirse en una ciudad de unos 70.000 habitantes. Tenemos todo tipo de comercios y de Centros Comerciales. Por tener, tenemos al menos tres restaurantes Mc. Donald’s. Uno de ellos, el primero, ubicado frente a mi casa en unos terrenos que son zona verde y en régimen de concesión municipal por un periodo de 25 años. La concesión fue aprobada el 29 de enero de 1.992, por lo que espero y deseo que finalice el 29 de enero de 2017. Ya solo me quedan 7 años de aguantar.
Digo de aguantar, porque el Mc. Donald’s ubicado en la Av. de España de Majadahonda, en la zona verde de Interland, es un foco de molestias contínuas. A los olores permanentes que tenemos que soportar los vecinos del entorno, que no son precisamente a agua de rosas, tenemos que añadir los ruidos que ocasionan los más diversos artilugios que emplean para el acondicionamiento y mantenimiento de la zona exterior del restaurante: sopladoras de hojas (hay plantados 11 arbolitos alrededor del restaurante) para barrer “su trozo” y dejar la porquería en la calle de todos; máquinas para lavar “su trozo”, que, como hoy, llevan funcionando desde las 10,30 a.m y todavía a las 17 h., siguen produciendo un ruido continuo y penetrante, difícil de soportar. Cuando llega el buen tiempo y las ventanas están abiertas, desde casa nos enteramos perfectamente de los pedidos que realizan los clientes del Mc Auto. Esto es lo que los técnicos denominan contaminación acústica. Y Mc. Donald’s contamina mucho, aunque presuma de comida sana, cosa que no puedo certificar, pues todavía no la he probado (ni espero probarla).
He perdido la cuenta de mis quejas al gerente del restaurante. Ni puñetero caso. Debe pensar que soy un vecino incómodo que algún día se hartará y se callará. Pues vamos a ver quien se cansa antes. Yo pienso seguir quejándome donde sea; en el foro que crea más conveniente, hasta conseguir que Mc. Donald’s deje de molestarme.
El pasado 8 de septiembre envié una carta de queja por los malos olores y los molestos ruidos que ocasiona Mc. Donald’s, al alcalde de Majadahonda D. Narciso de Foxá. Me contestó, después de que en el Pleno Municipal de septiembre de 2.009 le recordara mi escrito. En su contestación me dio una larga cambiada diciéndome que “remitía mi escrito al Servicio de Disciplina Urbanística y al Servicio de Contratación”. Los ruidos siguen y los olores también: ni caso. Y eso que el restaurante está ubicado en un terreno público y el que se queja es un ciudadano y contribuyente de Majadahonda, y en consecuencia, coproprietario de ese terreno. Me imagino que con la de cosas que tendrá que hacer, y las que le mande Dª Esperanza, no tendrá tiempo de ocuparse de las chorradas que le plantea un ciudadano sobre la contaminación que produce una concesión municipal. Ya veremos Sr. Alcalde hasta donde llegamos; yo no tengo ganas de dejarlo y pienso continuar.
Ya que me he metido en esta harina, y por no prolongar mucho este artículo, en otro próximo, haré un análisis de los pormenores de la concesión administrativa de Mc. Donald’s Av. de España (Majadahonda) en la zona verde de Interland. En mi opinión, no tiene desperdicio.

domingo, 18 de abril de 2010

DELINCUENCIA FINANCIERA

Todos los días vemos en los medios de comunicación el relato de los más diversos delitos que se cometen con mas frecuencia. Incluso hay programas de televisión que se dedican a relatar minuciosamente aquel caso de violencia doméstica o ese atraco con rehenes, más o menos espectacular, cometido en un banco. De lo que no se ocupan casi nunca, o se ocupan muy poco es de los gravísimos casos de delincuencia financiera.

En El País, y en su edición impresa, aparece ayer 17 de abril una noticia sobre la acusación de fraude que la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (la SEC) ha lanzado sobre Goldman Sachs, el banco de inversión más importante de aquél país. Hoy 18 de abril, amplia este periódico la información con la publicación de un reportaje sobre John Paulson (en la imagen) “El tahúr de la miseria" .  En estos breves relatos podemos apreciar sucintamente cómo se monta un fraude financiero “a lo grande”. Pero dudo mucho de que la información vaya a más. Parece que a la gente le interesan más las tragedias espectaculares que estos fraudes silenciosos que tan solo provocan crisis financieras como la que estamos sufriendo. Y claro está, los medios de comunicación , en aras a ese servicio que deben hacia sus lectores, espectadores o anunciantes, optan por desarrollar más prolijamente lo que más atrae. Estos temas de ingeniería financiera solo interesan a unos cuantos que suelen ser los que leen las páginas salmón. De esta forma, el sufrido cliente de bancos y cajas que soporta en su economía doméstica las consecuencias de estos fraudes, sigue sin enterarse de qué va, e incluso se expone a que pasado mañana el avispado Director de su Sucursal le ofrezca cualquier producto rarito, que él mismo desconoce. Entretanto estos grandes delincuentes financieros siguen forrándose a costa de la candidez de tantas personas y con el consentimiento y la connivencia de los supuestos “Vigilantes del Sistema”.
Todos nosotros somos clientes de algún banco o caja de ahorros y tengo la sensación de que nos encontramos en un momento en el que hay que estar muy atentos a las atractivas ofertas que se están produciendo en el mercado financiero. Hay que tener en cuenta lo de “duros a cuatro pesetas” y que nadie nos va a regalar nada. Tengo la intención de escribir próximamente sobre nuestro papel de Clientes en las entidades financieras y poner a vuestra disposición, en lenguaje inteligible, algunas informaciones, que me parecen necesarias, sobre algunos productos financieros. Hace unas fechas escribí sobre la Hipoteca Inversa, pero hay muchos temas a tratar.

Hoy no voy a extenderme más. Mi intención era la de resaltar en este blog esta forma de delincuencia tan nociva y tan poco perseguida. Salvo el caso Madoff, no conozco que ninguno de estos “ingenieros” haya sido procesado. Aunque intuyo que Madoff lo fue, porque tocó los menudillos (la pasta gansa) de grandes fortunas y hasta de poderosos bancos.

lunes, 12 de abril de 2010

EL TRIUNFO DE LA MEDIOCRIDAD.

Cada vez es más frecuente ver a gente mediocre instalada en puestos de responsabilidad. Algunos alcanzan responsabilidades muy importantes, lo cual es extremadamente peligroso para el resto de los que ellos llaman sus colaboradores. Basta con haber conocido de cerca alguna gran organización empresarial para ver cómo han llegado a instalarse estos mediocres y el resultado tan bueno que dan a los dirigentes que los manejan.
Antes de seguir con otras consideraciones, me parece oportuno definir qué es un mediocre. El diccionario de la Real Academia de la Lengua, dice que mediocre es “alguien de poco mérito tirando a malo”. En el mundo actual cuando decimos que alguien es un mediocre, queremos decir además otras cosas, definir otros rasgos, que identifican a este colectivo al que me refiero. No creo estar muy en desacuerdo con la mayoría de las personas, si entre los atributos del mediocre incluimos los de egoísta, sumiso, intrigante, inseguro, falso, lameculos, etc..

La sociedad en la que nos toca vivir, se caracteriza por carecer de una escala de valores éticos (no digamos ya morales) que orienten hacia comportamientos humanistas y hacia actuaciones que den a nuestra vida un sentido transcendente. Uno de los valores mas apreciados por la sociedad actual es el poder, el mandar (no el dirigir, que eso es mas complicado). No importa cómo se haya conseguido. Lo lícito y lo ilícito se confunden. La legalidad tiene cada vez mas connotaciones sospechosas. La justicia está en entredicho. Los abusos son constantes. El poderoso cada vez es más poderoso y el oprimido cada vez lo es más. Las diferencias entre ricos y pobres se agrandan día a día y no hay intención de resolver este problema. En este caldo de cultivo, el mediocre tiene que crecer necesariamente, entre otras razones, porque es imprescindible para el mantenimiento de esta situación tan beneficiosa para los astutos patrocinadores de esta sociedad, que tan pingües beneficios recogen.

No me quiero referir solo a los grandes manipuladores sociales, a esas grandes fortunas que dominan amplios campos de la economía mundial y que tienen poder suficiente para comprar gobiernos y medios de comunicación. Me refiero sobre todo a los no tan grandes, pero cada vez más numerosos, que necesitan permanentemente contar con un buen número de mediocres en sus nóminas, que eviten que algún inteligente o lo que es peor, alguien con visión ética de la vida, se les cuele en su organización y les hunda el invento.

Pero, ¿cómo debe de ser un mediocre?. En principio es necesario tener “madera”. El candidato que no disponga de unas cualidades mínimas, bien por ser innatas en él, o por haberlas adquirido posteriormente, no sirve. Es preciso ser sumiso; no obediente, sino sumiso a tope. Hay que practicar permanentemente aquello de que “al de arriba no hay que molestarle”, “el jefe no se equivoca”, etc.. En suma, lo que decía aquel viejo aforismo: “El Jefe es suprema bondad, y si jodidos nos tiene, será porque nos conviene: hágase su voluntad”. Esta cualidad de la sumisión es, desde mi punto de vista, fundamental; y es la que más se nota. Cuántas veces hemos visto la patética escena del mamporrero de turno (hay mamporreros de muy alto nivel) perdiendo el trasero por abrir una puerta al “jefe”, o el comentario laudatorio sobre la elocuencia con que se expresa algún imbécil, a la sazón patrón del comentarista.

Ya tenemos al mediocre en nuestra organización. Solo es preciso ponerle en órbita y definir qué papel tiene que desarrollar. Es muy importante para los fines del “mediocre mayor”, es decir del mandamás, contar con un buen puñado de mediocres esparcidos entre los mandos intermedios de su organización. Esta gente es la encargada de ser la correa de transmisión de las órdenes emanadas desde “lo más alto” y de hacerlas cumplir sin rechistar. Las órdenes pueden ser las que sean; hay que cumplirlas y basta. Por supuesto, esta clase de gente ni discrepa de sus jefes, ni permite la menor discrepancia de los que ellos consideran sus subordinados, a los que en el colmo del cinismo llaman “colaboradores”.

Otro aspecto importe a considerar es el lenguaje. Hablan de sus patrones con temor. La palabra jefe tiene para ellos connotaciones reverenciales. Las propuestas del jefe son dogmas incuestionables. Su léxico es corto, lacónico e impersonal. Son incapaces de incorporar su propio estilo. Mimetizan muy fácilmente los giros y las expresiones de sus mentores.

Aceptan de buen grado la castración mental, hasta el punto de no plantearse pensar de otra manera diferente de la “políticamente correcta”. Bien entendido que si el día de mañana, bien porque haya cambiado el mandamás o porque el mandamás piensa de otra manera radicalmente opuesta, el mediocre pensará y actuará, sin duda alguna y de forma inmediata, como se haya decidido en donde se debe decidir.

Seguro que alguien que no haya vivido de cerca este fenómeno, pensará que estoy exagerando. Mas bien creo que me estoy quedando corto, porque hasta ahora solo he comentado uno de los aspectos que más “cantan” de los mediocres. Hay otras tareas asignadas por sus patrocinadores mucho más nocivas para el resto de las personas: son las tareas de “información”.

Estos auténticos espías, se acercan a sus presas para conseguir esa información que les solicitan sus jefes, para conseguir eliminar a los “elementos peligrosos”. A esos que ponen en cuestión los objetivos señalados, que se atreven a discutirlos, que son capaces de ofrecer otras alternativas diferentes de las “oficiales”, que se atreven a contar las realidades como son y no como quieren oírlas “los de arriba”, que son capaces de pensar por sí mismos, que tienen ideas innovadoras .... En fin, que pueden poner en peligro algún sillón directivo. Esta tarea la suelen realizar con especial esmero, pues es muy importante para su supervivencia. Además añaden de su propia cosecha falsedades y verdades a medias, a fin de conseguir la eliminación profesional de los enemigos (porque para ellos no son competidores profesionales: son enemigos).

Otra función importante que desarrollan es la del robo de ideas de otros, sobre todo si esos otros “no son de la cuerda reinante”. En este caso el éxito es doble: la medalla que me cuelgo yo y la que no se puede colgar el otro. Esta tarea la suelen desarrollar de manera muy sutil. Para ello solicitan a sus “colaboradores” el concurso de su inteligencia y de sus ideas para poder desarrollarlas en beneficio de la organización. Algunos colaboradores bienintencionados, leales y con ideas propias, pican el anzuelo y presentan sus inquietudes. Estas ideas se aparcan debidamente, durante el tiempo preciso. Las ideas útiles, se retocan y se adaptan a la política oficial y cuando es menester, eso sí, con la “denominación de origen” debidamente cambiada, salen al mercado con el patrocinio de quien políticamente corresponda.

Podría seguir analizando algunos otros aspectos relevantes de los mediocres, como por ejemplo, el de prescindir de sus propios colaboradores-mamporreros cuando no les son útiles, o pueden ser un estorbo para su trayectoria. Podríamos hablar de las promesas incumplidas a sus “fieles servidores”, etc.; pero ya no me merece la pena porque me estoy empezando a cabrear y no me conviene. Lo que sí es cierto, es que mientras no cambien los parámetros éticos de esta sociedad, los mediocres tienen cuerda para rato. Las personas que aun no hemos renunciado a nuestro derecho a discrepar de manera inteligente, lo tenemos crudo en organizaciones en las que la mediocridad esté instalada en lo más alto. Pero ese reto es el que me anima a seguir manteniendo mi postura crítica e inconformista. Con la mente abierta a conocer y valorar otras ideas diferentes. Con ganas de seguir aprendiendo de cualquiera de mi alrededor. Y con la intención de mantener mi desprecio hacia tanto mediocre como hay, cuyo único objetivo en su vida es trepar y medrar a costa de los demás.