miércoles, 18 de enero de 2012

LA REFORMA FINANCIERA


            El nuevo Gobierno está muy atareado en acometer reformas y recortes. Desde luego, algo hay que hacer para salir de esta crisis que nos atenaza.
Aunque no voté al PP. en las últimas elecciones, me considero implicado en ayudarle en esa ardua tarea de reformas y recortes. Como la reforma laboral ya está más o menos ventilada, voy a ofrecer al Gobierno algunas ideas sobre lo que yo entendería fundamental y prioritario para la reforma financiera.
            En mi opinión, el mayor problema estructural que tiene la banca española es el saneamiento. El sistema financiero español es un gran edificio con unos cimientos relativamente sólidos, pero las cañerías están muy obstruidas. Algunas, puede que sean viejas. Pero el problema de la mayoría de ellas es que, por falta de mantenimiento, se han llenado de ratas, cucarachas y bichos diversos que impiden que el flujo financiero sea normal.
            En la casa donde vivo, todos los años hacen una revisión de los saneamientos y se procede a desratizar y desinfectar la finca, aunque sea de forma preventiva.
            En la banca española, estos procesos de desratización y desinfección no solo no se han hecho, sino que, durante una larga quincena de años, las ratas y las cucarachas han campado a sus anchas. Y claro está, la finca está muy deteriorada. Además, esas ratas han infectado a la mayor parte de la economía española, con total pasividad por parte de las autoridades sanitarias (Banco de España, Comunidades Autónomas, Ministerio de Economía y Hacienda) y de los ATS  (Sindicatos). Y se ha declarado una peste financiera de mucho cuidado. Los ciudadanos caen como moscas. Sin trabajo o con trabajo superprecario y agobiados por los créditos o desahuciados. Además, a esos ciudadanos, se les exige que sigan dando de comer a las ratas con sus impuestos.
            Como fácilmente puede apreciar, no ya un gobernante, sino una persona con dos dedos de frente, una de las primeras medidas a tomar para llevar a cabo la reforma financiera, sería la de una desratización y desinfección total de esas cañerías.
 Echar a las ratas y a las cucarachas, algunas de ellas muy significativas, es muy sencillo. Se sabe dónde están; se sabe lo que se han comido y de qué casa se han alimentado dejando las cañerías y los sistemas sanitarios en mal estado. Se puede saber fácilmente dónde guardan las provisiones que les quedan (que son muchas). Se pueden recuperar parte de las provisiones no consumidas. Y también se les puede encerrar en una ratonera para que no vuelvan a infectar el sistema.
Y una vez desratizado y desinfectado el sistema financiero, podremos comenzar a reformarlo. Pero ¡ojo!, como no se haga bien esa desratización y queden bichos sueltos, y no se pongan trampas y matarratas para prever que se reproduzcan, volveremos a las andadas en muy poco tiempo.